Espacio de trabajo compartido, punto de encuentro, comunidad, ecosistema, generación de oportunidades, networking, flexibilidad, ahorro, creatividad, diálogo… Los llamados espacios de cotrabajo, universalmente conocidos por el anglicismo coworking, son mucho más que una oficina compartida con conexión a internet. Tras consolidarse, caminan hacia su profesionalización.

Se define como una forma de trabajar que permite a profesionales independientes compartir un mismo espacio para desarrollar sus proyectos profesionales de manera individual, a la vez que se fomentan relaciones y proyectos conjuntos. Sin embargo, todos los expertos en coworking coinciden en señalar que lo que lo marca y diferencia del resto de opciones laborales es la creación de una comunidad. No solo se trata de disponer de un espacio de trabajo individual, conexión a internet y ahorro de costes: sin la posibilidad de conocer e interaccionar con otros profesionales y crear sinergias, no sería coworking.

Se trata de un fenómeno relativamente reciente. Sus orígenes se sitúan en EEUU, en San Francisco, concretamente a mediados del año 2005, cuando Bradley Neuberg, ingeniero de software, se preguntó tal y como declaró en una entrevista realizada por el blog de BCNwet, “por qué no combinar los mejores aspectos de trabajar para uno mismo, es decir, disponer de libertad e independencia, con los mejores aspectos de trabajar para una empresa, contar con una estructura y una comunidad”. De este modo, puso en marcha el reconocido como primer espacio de coworking.

espacio coworking usa

Desde ese momento, dichos espacios se multiplicaron por todo el mundo. De hecho, según los resultados del Global Coworking Survey, 2016 acabará con más de 10.000 espacios de coworking abiertos. España, junto con Alemania, se mantiene a la cabeza, como uno de los países con más espacios de coworking existentes. Por su parte, el informe Estado del coworking en España, elaborado por CoworkingSpain con datos obtenidos en 2015, recoge que en España están dedicados 247.048 metros cuadrados a espacios de coworking y en ellos se contabilizan hasta 8.000 trabajadores independientes, cuyo perfil más común es hombre, arquitecto, de 40 años y que vive en Madrid o Barcelona.

Industria en torno al coworking

El coworking es un hecho ya consolidado en torno al cual ha surgido toda una industria: plataformas, directorios, software de gestión, talleres, conferencias, encuestas, etc. Así detalla su evolución el fundador de www.coworkingspain.es y organizador de www.coworkingspainconference.es, Manuel Zea: “Ha habido muchos cambios. Al principio lo que se creaba, sobre todo, eran espacios compartidos. Se trataba de espacios surgidos en lugares a cuyos gestores les sobraban metros. Ahora el sector se está profesionalizando cada vez más. Es una tendencia que detectamos desde hace dos o tres años en las conferencias anuales que celebramos. Antes había oficinas compartidas altruistas y ahora ya existen espacios de coworking que son cadenas a nivel internacional que se van expandiendo y van abriendo en distintos países, y también a nivel nacional; también se da el caso de algún espacio de coworking que ya tiene 2 o 3 espacios. Ese es el gran cambio que ha habido en el coworking en los últimos años”.

Ecosistema propio. Ventajas únicas

En este caso, la profesionalización no ha diluido la esencia del fenómeno y las principales ventajas que ofrece un espacio de coworking frente a otros lugares de trabajo siguen siendo las mismas. Facilitar el encuentro de profesionales diferentes, es una de ellas. La arquitecta Lilian Flores, proyectista del espacio FINSA21, defiende que es “a través del encuentro con el otro donde se genera valor. Donde se encuentran personas se llega a acuerdos. Pero para que esto pase la gente primero se tiene que encontrar”. El espacio de coworking Finsa 21 en Madrid.

Y en la misma línea apunta la directora del espacio creado hace un año por Google en Madrid (Campus Madrid), Sofía Benjumea, en una entrevista concedida a La Razón: “En este año hemos podido comprobar que algo tan sencillo como crear un punto de encuentro en el que la gente se puede conectar y sentarse a hablar e interaccionar, tiene una repercusión espectacular (…) Hemos puesto en marcha un espacio abierto donde unimos a las diferentes comunidades de emprendedores. Lo que ha hecho Campus Madrid es poner en marcha ese sitio donde todo el mundo se siente bienvenido y donde todo el mundo encuentra lo que necesita de una forma u otra”. Destaca que el factor clave es estar rodeado “de gente como tú” y aspira a crear un ecosistema similar al que afirma que existe en Silicon Valley: “Es un lugar donde hay talento, pero también oportunidades, la educación necesaria, allí están en contacto todos los actores del ecosistema. Es un punto de encuentro y eso es lo que estamos tratando crear en Campus Madrid.”

Los coworking son espacios que crean comunidades productivas

Pablo Ríos y Moncho Rey, son dos arquitectos gestores del espacio As-Built, abierto en 2014 porque según afirman “vimos una oportunidad para compartir gastos, optimizar recursos y, sobre todo, favorecer sinergias al entrar en contacto con profesionales de otros ámbitos, bien porque te llegan clientes recomendados, bien porque te asesoran en campos que ellos controlan y tú no”.

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En palabras de Zea: “Hay gente muy talentosa, sentada una frente a la otra y, cuando necesitas alguna ayuda, esta gente te ayuda. Se hacen, por así decirlo, consultorías exprés, muy rápidas. Si tengo alguien al lado que domina Photoshop y sabe cuál es el nombre del filtro X, me lo va a decir. O si alguien sabe de gestión, me va a dar las indicaciones de cómo hacer mi declaración. Se da mucho todo este tipo de aprendizaje rápido, y creo que es uno de los principales valores: cómo aprendes de la gente que te rodea”.

No sin mi office

Otra de las virtudes de este modo de organización laboral es la flexibilidad tanto de horarios como de relación, tal y como apunta Manuel Zea: “Si te gusta, sigues con nosotros porque te gustamos; y si te va mal, no tenemos un contrato de permanencia de 8 meses como si fuésemos una compañía de teléfonos”. También destaca sobre otras ventajas con respecto al trabajo en casa, la diferenciación que permite entre la vida profesional y la vida personal: “Nosotros lo que facilitamos es el ambiente de trabajo y la gente aprecia lo que es disociar la vida personal de la profesional”. El informe Estado del coworking en España lo avala, ya que más de la mitad de los coworkers de España trabajaban antes en sus casas. De hecho, esto demuestra que, contrariamente a lo que se cree, la crisis económica no ha sido la causante de la expansión de estos espacios. “La gente que ha escogido los espacios para trabajar no venía de centros de negocio, no venía de una oficina”, afirma Zea. “Venían de gastarse 0 euros y han pasado a gastar 200 en los espacios coworking”.

Pero aunque lo fundamental no es el espacio sino lo que sucede en él, hay elementos clave para facilitar las relaciones entre usuarios y posibilitar las sinergias y que todo espacio de coworking debe poseer: una amplia zona de trabajo donde se mantenga el equilibrio entre el espacio individual necesario para trabajar y la cercanía ineludible para que se genere el diálogo entre los miembros; una zona de reunión y un office muy cómodo: “Todo lo que se produce a nivel informal en el coworking tiene lugar en el office. Esto es para mí lo más importante”. Aspecto en el que también incide Neuberg: “Un espacio de coworking promueve activamente la comunidad y las relaciones en el espacio: salir a comer juntos, tener una pared dedicada a proveer información y actividades de los compañeros, etc”. coworking-asbuilt-reuniones

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