¿Alguien en la sala… que dude de que la transformación digital ha trastocado todos los sectores? En menor o mayor medida, las posibilidades de las nuevas tecnologías marcan una manera distinta de relacionarnos con catálogos y muestrarios de productos. Hemos pasado de la experiencia del tacto físico del producto y de analizarlo en una pantalla a un modelo a medio camino: el figital.
Somos la generación que ha pasado de visitar proveedores y acumular catálogos a solicitarlos en PDF e incluso reunirnos con clientes mediante un simple gesto en un teléfono inteligente. Estamos a medio clic de poder analizar una textura al completo gracias al desarrollo de muestrarios online, pero necesitamos la experimentación con el producto en todos estos sentidos: con todas las sensaciones de lo tangible y con toda la información y posibilidades de reutilización de lo digital. Necesitamos, en definitiva, ser figitales: hagámonos a este término.
Ya no se elaboran diseños de la misma manera: la concepción de la idea, las herramientas de las que disponemos para trasladarlas, el software de desarrollo e incluso la elección del producto. A ello sumamos que trabajamos en un mercado global, donde la superación de barreras temporales y espaciales nos obliga a trabajar en distintos entornos y con diferentes dispositivos, motivo por el que debemos atajar estos paradigmas con una perspectiva figital. Lo figital combina un enfoque físico, porque las materias primas piden ser tocadas y vistas, y otra perspectiva digital que nos posibilite ir más allá de las limitaciones físicas de un muestrario al uso.
¿Cómo es un muestrario figital?
Lo figital es sentir el efecto que provocan las texturas de una melamina mediante un catálogo al uso y, además, poder complementarlo con más información técnica, imágenes de alta resolución para ponerte a plasmar tus ideas y contar con propuestas inspiradoras de cada diseño. De este modo, donde la muestra no llega, sí alcanzan las herramientas digitales. El gran ejemplo a nivel europeo de esta tendencia que ofrece funcionalidades y recursos directamente al profesional tiene la firma de FINSA con su App Gama Duo.
Esta app es una herramienta en formato casi de bolsillo, al igual que llaveros o catálogos, que sirve de complemento al traslado final del diseño al software de ordenador. «Aunque aún echas mano del muestrario físico, tal vez por una cuestión todavía generacional, ver el diseño en su totalidad y descargar las texturas al momento supone una mejora en tiempos y en agilidad en el trabajo«, destaca el arquitecto Iago Castrillón de CLC Arquitectura. La agilidad se traduce en ese gesto sencillo con un teléfono inteligente: escanear un código QR o buscar códigos en un índice alfabético. En esto consiste, a fin de cuentas, la plasmación de la filosofía figital: una iniciativa que busca ser nuestro socio en el taller o el estudio, pudiendo contar con la asistencia y soporte de un comercial de referencia en el momento que se necesite.
Esta tendencia híbrida significa dar un pasito más allá de la internet de las cosas y demuestra que el futuro del diseño está desarrollándose aquí y nos tiene entre los gadgets y la conectividad, entre la tierra y el cielo o, mejor dicho, en la(s) nube(s).