Manuel Such e Ignacio Alegría son Estudio Alegría. Con perfiles y bagajes muy diferentes, forman un tándem que se complementa a la perfección. Acabamos de comenzar 2018 y ya hemos podido ver su trabajo como autores del proyecto de la Sala Fundación ARCO en ARCOMadrid 2018 y cuentan con espacio propio en Casa Decor, que se puede visitar hasta el 25 de marzo. Hoy hablamos con este tándem de la arquitectura de interiores sobre su trabajo, su auténtica pasión.

• ¿Qué os gustaría contar de vosotros al margen de lo que todos los profesionales y aficionados al interiorismo conocemos sobre Estudio Alegría?

Nosotros queremos incidir en dos cosas. Por un lado, dar a conocer que tenemos un sello personal y, por otro, demostrar que somos capaces de asumir retos muy diferentes. Desarrollamos proyectos de contract, residenciales, incluso arquitectura efímera, como la Sala Fundación ARCO. Queremos que se sepa que todos los retos son posibles para nosotros y demostrar, demostrar y demostrar.

• ¿Tenéis más proyectos además del estudio? ¿Hacia dónde os gustaría llevar Alegría en un futuro próximo?

El estudio nos absorbe la gran mayoría de nuestro tiempo, incluso a nivel personal. Prácticamente no podemos distinguir nuestra vida personal de nuestra vida profesional. Somos tan apasionados del diseño que estamos constantemente trabajando aunque no sea para un proyecto concreto, diseñando mobiliario y colecciones, desde diseño de solados, diseño de luminarias… Tenemos poco margen para otras alternativas. Evidentemente, tenemos aficiones y la principal es ver mundo. Pero siempre con la finalidad de ver diseño, porque somos muy conscientes de que hay mucho talento ahí fuera, y de todo ese talento se aprende.

En el futuro no queremos limitarnos, queremos ir asumiendo retos cada vez mayores, tanto a nivel contract como a nivel residencial. Creemos que cada proyecto tiene su propia complejidad y su propia identidad. Primero nos gusta hacer un trabajo de investigación, de introspección, ver en qué consiste cada reto, escuchar muy bien qué es lo que se nos está proponiendo. Y después buscamos acercarnos lo máximo posible a lo que nos plantean y a lo que nos piden.

• Arquitectura, interiorismo, contacto con los clientes… ¿Qué faceta de vuestro trabajo disfrutáis más y por qué?

Disfrutamos mucho escuchando al cliente, aquel que nos confía sus espacios. Si no hay una fase previa donde realmente escuchemos y prestemos atención a las necesidades, las ambiciones, las ilusiones que tienen los clientes, no seríamos capaces de dar lo que nos piden. Por otro lado, también queremos sentirnos orgullosos de nuestro trabajo.

Y una vez que hemos escuchado el reto que se nos propone, toda la fase inicial creativa es muy emocionante. Para cada proyecto presentamos más de una opción, porque esta fase inicial creativa nos lleva por diferentes caminos e intentamos dar diferentes respuestas. Después viene la fase de producción, que también nos encanta, ya que implica materializar esa fase inicial que tanto nos gusta y ver cómo se va convirtiendo en realidad todo aquello que hemos ideado.

• ¿Qué os inspira cada día? ¿Tenéis algún ritual, consultáis alguna publicación que sea para vosotros como una biblia…?

Consultamos publicaciones especializadas pero, sobre todo, lo que hacemos es tener los ojos muy abiertos en nuestra vida diaria. Afortunadamente, la tecnología hoy nos lo pone muy fácil; además intentamos captar cualquier cosa que nos llame la atención en nuestro día a día y buscar una explicación de cómo ha sido el proceso para llegar a entender cómo se ha creado y ejecutado. Podemos llegar a ser un poco “complicados” cuando vamos acompañados, porque siempre estamos pidiendo un momento para hacer una fotografía a algo en concreto o para comentar algo que hemos visto de algún otro estudio -tenemos muchos de los que somos muy admiradores-, de arquitectura…

• ¿Cómo conectáis con lo que os interesa? ¿Sois más digitales o analógicos?

Manuel Such: La diferencia entre Ignacio y yo es de 11 años y tenemos dos formas de hacer distintas. En la forma de plasmar aquello que vamos viendo y aquello que vamos creando, yo soy más analógico e Ignacio es más digital.

• ¿Cómo desconectáis cuando necesitáis relajaros y retomar fuerzas para continuar vuestro trabajo creativo?

Tenemos un problema con eso, porque no sabemos desconectar. Para nosotros el aire fresco es la llegada de nuevos retos. No tener nada en qué pensar supone un problema. Necesitamos movimiento constante porque es el estímulo que nos ayuda a seguir creando y trabajando día a día en propuestas presentes y futuras.

• ¿Qué define a un buen arquitecto de interiores?

Dos cosas: su comprensión del espacio y su percepción estética. Esos dos elementos marcan el estilo de cada arquitecto de interiores.

• Si no os hubieseis dedicado a la arquitectura de interiores, ¿qué creéis que estaríais haciendo?

Manuel: En el caso de Ignacio creo que sería imposible que no se dedicase a esto, lo lleva en su ADN, es parte de su forma de ser y es una persona tremendamente creativa.

Ignacio: En vez de los interiores haría la caja, la arquitectura en sí.

Manuel: Yo me dejo influir más por las personas y cosas que tengo alrededor. Si me hablan de ciencia, historia, tecnología… me despierta muchísimo interés.

• ¿Con qué profesional del interiorismo os gustaría conectar?

Con perfiles muy distintos. Hace unos días tuvimos la suerte de que Rossana Orlandi estuviese en nuestro espacio y recibimos una serie de elogios por su parte que todavía no nos creemos. También arquitectos de gran reputación, como Norman Foster. Colaborar con cualquiera de los dos para nosotros sería un privilegio.

• ¿Cuáles son vuestras referencias en arquitectura de interiores?

Manuel: A nivel nacional somos muy fans de Pepe Leal, al que nos une también una relación de amistad. Su forma de trabajar y crear espacios nos parece admirable.

Ignacio: También Javier Oristain, con el que trabajé hace unos años. A nivel internacional nos gusta mucho Ilse Crawford; Philippe Starck, por supuesto; Dimore Studio es otro referente nuestro. Además, todos tienen perfiles diferentes y nos gustan distintas cosas de cada uno.