La irrupción de la COVID-19 ha supuesto un vuelco a nuestras vidas. El 90% de nuestro tiempo lo pasamos en espacios cerrados (hogar, trabajo, centros educativos…) y ahora, más que nunca, buscamos en esos espacios seguridad y bienestar.
A los conceptos de diseño, funcionalidad y sostenibilidad hemos añadido uno que, si bien estaba ya presente, se ha intensificado con la crisis sanitaria: la salud. Buscamos hogares healthy. La neuroarquitectura o el diseño biofílico con la integración de la naturaleza han abierto camino para desterrar el síndrome del edificio enfermo.
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Pero ahora damos un paso más. Se trata de convertir nuestro hogar en un aliado contra el virus y los microorganismos que se cuelan en nuestra vivienda. Un espacio que ayude a mejorar nuestra salud y nuestro bienestar. Y aquí los materiales son clave.
“La necesidad de espacios que fusionen salud y sostenibilidad está motivando un cambio de perspectiva tanto para la vivienda nueva como para la rehabilitación”, explica en El País el presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, Alfredo Sanz.
Así que los departamentos de I+D+i han puesto en marcha la maquinaria para sorprendernos con propuestas que nos ayudarán a conseguir ese hogar en el que nos sintamos cómodos y seguros.
Tridente saludable: cobre, plata y madera
El punto de partida para decidir cuáles son los materiales más adecuados en esta lucha contra el coronavirus es saber el tiempo de supervivencia de la COVID-19 en cada uno de ellos. La investigación publicada enel New England Journal of Medicine muestra que el virus puede permanecer activo durante cuatro horas en cobre y 24 en cartón.
Un segundo estudio posterior en The Journal of Hospital Infection, demuestra que la COVID-19 puede sobrevivir nueve días en el metal, vidrio y plástico siempre y cuando no se desinfecten adecuadamente, mientras que el tiempo de vida en la madera se reduciría a cuatro. Por lo tanto, tal y como destaca el FCBA (Institut Technologique Forêt Cellulose Bois-Construction Ameublement) “la madera es uno de los materiales en los que el coronavirus tenderá a permanecer activo por un tiempo más corto”.
El objetivo es utilizar las propiedades antivíricas de estos materiales en el diseño de interiores. En el caso de la madera, productos como el Compacmel Plus de Finsa, cuentan con certificación antibacteriana y se han utilizado ya en hospitales como el de Valdecilla, especialmente para armarios, encimeras y revestimientos por los que son idóneos para cocinas, centros sanitarios o equipamientos deportivos.
¿Y el cobre y la plata? Las propiedades antibacterianas de estos materiales los convierten en idóneos para los tejidos. En Connections by Finsa os hemos mostrado varias aplicaciones de la plata que nos ayudan a protegernos de los campos electromagnéticos. Pero el cobre va más allá. Es, sin duda, uno de los grandes aliados para ayudarnos a frenar el coronavirus.
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Aprovechando precisamente las propiedades innatas de este mineral, varias firmas han experimentado cómo trasladarlo al día a día de nuestro hogar. Una de esas compañías, Cooper Clothing, es pionera en investigación y desarrollo de la tecnología con infusión de cobre.
Desde la empresa explican que “ayuda a reducir la propagación de enfermedades infecciosas”. Así que han decidido aplicar esa tecnología a textiles del hogar, ropa y complementos que mejoran nuestro bienestar y el entorno en el que nos encontramos.
Tejidos inteligentes
Junto a estas nuevas aplicaciones del cobre han surgido otros materiales de laboratorio. Productos innovadores que favorecen dos de las principales premisas en la lucha contra la COVID-19: higiene y purificación del aire en los espacios interiores.
Style Group ha lanzado una línea de tejidos para hogares, hoteles y oficinas con protección antiviral. Tejidos inteligentes que eliminan el virus tipo corona y que purifican el aire transformando la luz ultravioleta en ozono.
La startup italiana Anemotech ha creado The Breath, un tejido que ellos mismos definen como “capaz de reducir significativamente la contaminación atmosférica” purificando así el aire, además de tener una acción antibacteriana y antiolor.
Salud y diseño
Y para facilitarnos la vida y preservar nuestra salud, llegan para quedarse los tejidos que se limpian solos. No es una utopía. Las alfombras y moquetas de Forbo eliminan la mayor parte de la sociedad y la humedad de los zapatos y llegan a reducir el tiempo de limpieza un 65%.
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Y en esa combinación de diseño, funcionalidad y salubridad, Vescom ha lanzado sus cortinas higiénicas con propiedades antisépticas y fáciles de limpiar. Un producto que combina el diseño con la salud al garantizar una correcta higiene. No sólo incluye propiedades antisépticas, sino que pueden lavarse a 70ºC y tratarse con desinfectantes.
Menos ruido, más bienestar
Además de sentirnos seguros, los espacios cerrados en los que nos movemos habitualmente tienen que proporcionarnos bienestar. A ese bienestar contribuye el diseño y la estética, pero también el encontrarnos en un espacio agradable, tranquilio y sin ruidos. Debemos cuidar nuestra salud física pero también, y cada vez más, la salud mental… ya que el confinamiento pasa factura.
En este sentido, la acústica es un elemento fundamental, no solo en el hogar. Ahora que muchos trabajadores han cambiado el teletrabajo por la vuelta a la oficina, reducir la contaminación acústica en su interior es fundamental.
Materiales naturales como el corcho, lana, paneles de fibra de madera que absorben el sonido y controlan la reverberación o paneles de pulpa acústica creados a partir de desechos orgánicos. Son algunas de las propuestas para revestimientos y mobiliario que nos permiten conseguir el anhelado confort acústico.
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Los materiales se renuevan y la tecnología se alía con el diseño para hacer de nuestro hogar un espacio confortable, funcional, sostenible y, ahora también, sano.