Cinco ejemplos de mobiliario flexible para ciudades

La rigidez en el mobiliario urbano tiene los días contados. Ahora podremos decidir cómo utilizar los muebles en los espacios públicos. Nada de bancos anclados al suelo o de jardineras fijas. ¿Os parece una utopía? A continuación, os mostramos cinco ejemplos que  dan fe de que el mobiliario urbano flexible ya es una realidad.

 

“Modulit”: diseña tu propio espacio

El alumnado de arquitectura de la Universidad Internacional de Cataluña ideó un objetivo: facilitar la participación activa de las personas en el proceso de diseño del espacio público en función de sus necesidades.

Con esta filosofía crearon Modulit, una propuesta de mobiliario urbano de carácter modular y accesible. El prototipo consiste en un pentágono irregular integrado por distintas piezas que, debido a su carácter flexible, permite multitud de combinaciones. Cada pieza puede adquirir una gran variedad de usos: taburete, banco, mesa o jardinera.

 

SimpliSeat: tú eliges cómo sentarte

El proyecto SimpliSeat pretende ser una colección de mobiliario modular de madera. Se trata de un diseño del industrial Maksim Shniak que se adapta a diferentes situaciones según las exigencias o experiencias que se busquen en cada momento. Con estos bancos de madera tú decides cómo y dónde sentarte.

 

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Una silla con forma de tulipán

¿Puede la lluvia inspirar el mobiliario urbano? La silla Tulip demuestra que sí. El diseñador holandés Marco Manders la ideó para evitar la incomodidad de sentarse en un banco mojado cada vez que llovía.

La silla con forma de tulipán se cierra cuando no está siendo utilizada, por lo que permite así mantener seco y limpio el asiento. Además, es giratoria y brinda la posibilidad de elegir el lugar hacia el que orientarnos cuando nos sentamos.

 

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 “Archipiélago”: un jardín interactivo

El artista Jerónimo Hagerman analiza, a través de sus intervenciones vegetales, la forma en la que se relacionan el ser humano y la naturaleza. Su creación Archipiélago presenta al ciudadano una nueva posibilidad de interactuar con el espacio y crear distintas dinámicas sociales.

Utiliza veinte hexágonos móviles de tres tamaños. Su movilidad permite generar formas diferentes creando una pieza en la que, como explica el autor, lo más importante es “lo que sucede cuando la usa la gente para descansar, socializar o dejar pasar el tiempo”.

 

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El aparcamiento temporal para bicicletas

¿Por qué ocupar el espacio público si no es necesario? Gottlieb Paludan Architects ha diseñado una solución para habilitar zonas de aparcamiento para bicicletas dónde y cuando se necesite, por ejemplo, en zonas escolares durante el curso. Este proyecto pergeñado para habilitar estacionamientos temporales se realizó para el municipio danés de Frederiksberg y evitó colapsar el espacio urbano.

 

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