Pepe Cosín es una de las figuras del diseño de interiores valenciano a través de la firma Cosín Estudio, donde lleva cuarenta años dedicado a una profesión que entiende desde lo más visceral de las pasiones. Esta emoción traspasa cualquier tipología de espacio: desde workplace (sede de Actiu, despacho de abogados Broseta o las oficinas de Importaco y Divina Pastora), el complejo hospitalario La Fe o entornos residenciales. Cosín persigue su mejor proyecto, “el que todavía no ha llegado”, y califica el propio devenir del estudio como “un sueño cumplido”. Hacemos CONEXIÓN CON… el lado más creativo del diseñador.
40 años en diseño de interior, ¿Qué aprendizajes quieres compartir sobre la profesión?
Sin duda, la pasión es lo más importante, aunque lo es para cualquier oficio creativo. El amor al diseño, el seguir con ganas de estudiar y aprender… hace que siga emocionándome. Más allá de cualquier avance tecnológico, la clave en el diseño es la pasión.
También me gustaría destacar que el mercado por fin ha considerado la necesidad de incorporar diseño a cualquier actividad. El diseño se entiende como un valor añadido a cualquier proyecto.
¿De qué proyecto te sientes más orgulloso?
Siempre creo que el mejor proyecto es el siguiente, el que no hemos hecho todavía, e indistintamente del presupuesto. Nos gusta hacerlo todo con gusto, es nuestra forma de entender el diseño.
¿Cómo ha sido la evolución del estudio? ¿Cómo surge la necesidad de crear una editora de producto propio?
Más que una necesidad es un sueño. La editora se trata de un proyecto que aparece y desaparece pero que queremos consolidar con gente nueva. Siempre hemos hecho contract y diseño especial, pero ahora tenemos esta mirada para llegar a mercado, porque el diseño industrial es una parte muy importante que nos merece mucho respeto.
Ofrecemos interiorismo, contract (tanto desde proyecto como concursos públicos) y equipamiento de hogar mediante estudio y tienda. Estudio y tienda que, por cierto, se entienden como dos espacios muy cercanos, ubicados a escasos cien metros uno de otro.
Tocamos todas las áreas del hábitat: oficinas, hospitales, casas, restaurantes, hoteles… también damos servicio de equipación de proyectos a otros estudios, aunque nuestro fuerte es el interiorismo.
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¿Cuál es tu material fetiche?
Todos los materiales son nobles, todo depende de la proporción y el uso… pero diría que la madera, por la maestría en la carpintería, resulta muy interesante.
Y hablando de materiales, ¿de qué manera ha impactado la sostenibilidad en el sector?
Ya es una realidad que se trata de una preocupación palpable, y nos alegramos de ello. Todos los materiales que empleamos son sostenibles, al menos en maderas y telas, que sí llevan sus certificados.
¿Qué destacarías de tu etapa como decano del Colegio de Diseñadores de Interior de Valencia?
Procuré rodearme de una junta variopinta procedente de distintas generaciones. Se ha trabajado poniendo en marcha cursos de formación tanto online como presenciales. Me gustaría subrayar el libro sobre interiorismo y salud que se puede descargar a través de este enlace, cuya edición a finales de 2019 pareció totalmente premonitoria de lo que vendría después. Nuestro afán es llevar este debate a la sociedad e incidir en la difusión y formación como pilares del Colegio.
¿Cómo conviven la arquitectura y el interiorismo?
No encuentro ninguna diferencia entre las dos disciplinas. De hecho, hay grandes diseñadores de interiores que han sido arquitectos. No hay proyecto de arquitectura bueno que no contemple el interiorismo, porque es algo intrínseco a ella. Otra cosa es que el mercado contemple cambios de uso u otros factores que intervienen en espacios que ya estén dados. Sin embargo, sí veo que en interiorismo tal vez estemos más especializados en el uso y el detalle, mientras que la arquitectura parte de premisas más amplias. A fin de cuentas, son ramas del mismo árbol.
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¿Hacia dónde se dirige el diseño de interiores?
Ahora mismo cabe todo: una tendencia como la apreciación de materiales nobles y la mínima sofisticación en la intervención con escenografías barrocas. Cuando viene una tendencia se queda la anterior y se van añadiendo otras sobre ella. De hecho, cada día tiene más importancia esa combinación de capas. Se trata de algo que ocurre también en la moda, pues conviven distintas tendencias durante más años.
En nuestro caso, ponemos al cliente en el medio, independientemente de las tendencias. Hay criterios propios, sí, pero adaptables a la persona que disfruta ese hábitat. Creemos que para acertar en interiorismo hay que entrar al interior de los hogares, a lo más íntimo.
¿Cuáles son tus referentes en interiorismo?
Hans Hollein, Carlos Mollino, Eloiza, Barragán… Sigo emocionándome con los grandes maestros.
¿Cómo conectas con la inspiración?
Creo que la creatividad es algo inconsciente que se activa con las grandes obras que uno ve y que le quedan en la retina. Seguir alimentándose de exposiciones, películas… resulta clave. Después toca pasarlo por tu estómago y hacerlo propio.
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