CONEXIÓN CON… DANIEL IBÁÑEZ, director del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña

El Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña es una institución única a nivel nacional, una fundación sin ánimo de lucro que desde hace veinte años ofrece programas académicos, trabaja en desarrollo con empresas e industrias y colabora en 45 proyectos europeos de investigación relacionados con la digitalización, la robótica, la economía circular, las biociudades o las agrotecnologías. Más de 1.600 personas de setenta países han sido formadas por esta entidad que desde 2022 cuenta con Daniel Ibáñez como director. Entrevistamos a este arquitecto enfocado en la construcción en madera que llevaba los últimos diez años como doctorado por Harvard y consultor sénior del Banco Mundial.

¿Qué balance realizas en tu primer año en el IACC?

Lo veo prometedor. Pretendo posicionar la institución como referente internacional y nacional, trabajar más cerca de la industria y ayudar a innovar a empresas a través de la prefabricación, la industrialización o la inteligencia artificial, buscando alianzas estratégicas y desarrollando tecnologías y productos.

Entre varios méritos del IAAC en este primer año, se ha ganado una concesión pública en 22@ para la creación de un polo de activación económica destinado a la emprendeduría y a una aceleradora de empresas de tecnología urbana.

 

¿Hacia dónde se dirige el IAAC?

El IAAC siempre ha querido estar cerca de todo lo que tiene que ver con innovación y con fomentar ese sistema de emprendeduría. Ha sido líder en apostar por tecnologías antes que nadie, y es que ya en 2008 se empezó con la construcción en madera, y ahora estamos mirando de reojo la revolución digital.

 

¿Cómo se introduce la inteligencia artificial en la arquitectura?

De la misma manera que las grandes revoluciones han creado muchas profesiones, ningún sector se ha librado de las transformaciones de la digitalización. Cada profesional de la arquitectura ha de actuar como una especie de comisario de la información, debe jugar con datos y analizar cómo se reportan procesos productivos, urbanos… El desarrollo y apoyo con IA tiene recorrido. En el IAAC aprendemos haciendo, con los pies en la tierra y en la transformación material.

 

Eres un firme defensor de la construcción en madera. ¿Qué aporta al urbanismo contemporáneo?

Considero que es el modelo urbano hacia donde deberíamos caminar: una ecología radical en edificación asociada al regionalismo. Hay que empezar a fabricar y construir con lo que tenemos cerca, que sea de origen biológico. No podemos continuar con las externalidades, esto es, hacer ciudad a costa de generar huecos irreversibles en otros lados y contaminar otros ecosistemas. Debemos seguir las lógicas de la naturaleza y pensar en una biociudad: un edificio en madera potencia un bosque mejor, el empleo en el rural… Así tendremos una relación simbiótica entre ciudad y no-ciudad.

Prototipo de escalera y pared de tierra impresa en 3D. Institute for Advanced Architecture of Catalonia.

 

¿Qué materiales debemos usar en construcción?

Han de ser de base biológica, natural y renovable, aunque todavía existe espacio para materialidades menos sostenibles donde no puede haber otro producto mejor. Por ejemplo, una presa no se puede proyectar en madera y las cimentaciones en ciclos de vida largos tienen más sentido en hormigón.

 

¿Cómo se consigue la innovación en la arquitectura?

Sabiendo cuál es el estado del arte en cada una de las disciplinas y técnicas asociadas a la arquitectura. En el IACC estudiamos ciencia de materiales, computación, herramientas digitales avanzadas, industrialización… con cierto detalle, pero con la idea de atesorar un conocimiento transversal.

Las empresas, por lo general, son capaces de alcanzar un gran detalle, pero no ven otras cuestiones amplias. La última tecnología se desarrolla en colaboración y mezcla lo mejor de las capacidades con las transformaciones.

 

Como arquitecto, ¿cuáles consideras que son los retos del sector?

Descarbonizar al 100%, mejorar procesos de industrialización y digitalización e impulsar la rehabilitación con sistemas prefabricados.

 

¿Cuáles son tus referentes profesionales, publicaciones que sigas…?

Cito a varios profesionales. En primer lugar, a Alan Organski, profesor en Yale y director de Innovación en Bauhaus Earth. También quiero destacar a dos colaboradores: Kiel Moe, coautor del libro Urbanismos en madera, y a Jane Hutton, paisajista que lleva años realizando análisis de ciclos de vida. Y, por supuesto, no quiero olvidarme de Nader Tehrani, mi arquitecto favorito, ni dejar de mencionar la publicación Mass timber.

 

¿Qué aprendizajes has extraído en tu faceta como profesor?

Ser solamente académico te aleja de la profesión, y la profesión a veces te saca de la realidad y no te permite hacer una reflexión profunda. Me siento afortunado de mantener las tres verticales que considero importantes en cualquier profesional de la arquitectura: educación, para estar en contacto con cómo se transfiere el conocimiento de arquitectura, investigación, fundamental para seguir experimentando y ver hacia dónde van los nuevos retos y, por último, mantener un pie en obra. Estos son los tres componentes de la fórmula adecuada: hacer obra, libros académicos y proyectos de investigación.