Desde que existimos, el cielo ha ejercido una fuerte fascinación en las personas. Durante milenios nos hemos dejado llevar por su magnetismo, pero también hemos querido desentrañar sus misterios. Las innovaciones técnicas han convertido a los observatorios astronómicos en el lugar desde el que estudiar las estrellas. En este artículo haremos un recorrido a lo largo del tiempo y os mostraremos los ejemplos más espectaculares.
El Caracol. Chichen Itzá, México (906)
Las primeras relaciones con el cosmos se establecieron mediante la alineación de estructuras con los cuerpos celestes. Antiguas civilizaciones como Egipto, Babilonia, China, Mesopotamia o los mayas, utilizaban estas primeras arquitecturas para la creación de calendarios.
El Caracol de Chichén Itzá, de la cultura Maya, se construyó con el objetivo de servir para actividades políticas o religiosas y el estudio de los astros. Formado con tres edificios superpuestos, una escalera de caracol en una de las torres da nombre a esta construcción. Se cree que las observaciones se realizaban a través de unas oberturas en la parte superior de la torre.
Observatorio de Ulugh Beg. Samarcanda, Uzbekistán (1420)
Tras la caída del Imperio romano, gran parte del conocimiento astronómico se conservó gracias a la cultura islámica. El observatorio de Ulugh Beg fue uno de los más avanzados y contaba con una biblioteca y una residencia para astrónomos. Su cúpula tenía más de 50 metros y en su cámara subterránea guardaba numerosos instrumentos con los que lograron hacer mediciones precisas de estrellas y cuerpos celestes. Gran parte de esta edificación fue destruida en 1449, pero todavía se conserva la estructura circular interna. También se puede ver parte del arco de 50 metros con el que se calculaba el tiempo y la posición de los astros.
Real Observatorio de Madrid. España (1799)
Diseñado por Juan de Villanueva y situado en los jardines del Retiro, este edificio de estilo neoclásico consta de una planta de cruz griega, un pórtico con diez columnas corintias y un templete de forma circular. Aquí se llevaron a cabo estudios relacionados con la física solar y estelar, geodesia, cartografía, meteorología y sismología. Aunque hoy en día la construcción pasa desapercibida entre la vegetación de este parque, es esencial no perder de vista su importancia cultural y científica.
Very Large Telescope. Cerro Paranal, Chile (1998)
Como todos los observatorios contemporáneos, el Very Large Telescope fue erigido en una zona de noches despejadas y alejada de la contaminación lumínica: el desierto de Atacama. Está formado por cuatro telescopios con diferencias apenas perceptibles. La inesperada arquitectura semeja un oasis en medio del desierto, una espectacular intervención en el paisaje muy cercana al land art.
La tipología de los observatorios astronómicos ha sufrido un cambio radical desde sus inicios. Desde complejos como el de Stonehenge hasta los satélites espaciales, la tecnología ha dado pasos gigantescos. Aun así, por suerte, nuestra ilusión permanece imperturbable ante una lluvia de estrellas.
Si quieres conocer más sobre la arquitectura de los observatorios astronómicos, no te pierdas el reportaje donde analizamos cada hito en el diseño.