Lo primero que se nos viene a la cabeza al pensar en salud y hoteles son los spas, que hace ya décadas que son habituales en el sector hospitality. Desde la era dorada de los balnearios, que fue de finales del siglo XIX a principios del XX, buscar alojamientos que, además de darnos un lugar en el que dormir, ofrezcan todo tipo de servicios para mejorar nuestra salud, ha estado relacionado principalmente con las bondades del agua y aderezado con los beneficios de un buen masaje.
Lejos de ser algo pasado de moda, el turismo de salud vive un momento muy dulce. Según el informe Wellness Tourism – Global Market Trajectory & Analytics, se espera que el volumen de mercado del turismo de bienestar alcance los 1,2 billones de dólares en 2027, un aumento anual del 6,6% desde 2020.
En ese mercado se incluyen los hoteles con spa de toda la vida, pero también otros que, normalmente de la mano del lujo, llevan la experiencia y la oferta de tratamientos un paso más allá. Saunas con luminoterapia, consultas con profesionales de la medicina especialistas en terapias antienvejecimiento, sueros intravenosos…
Tecnología al servicio de la salud en hospitality
Para entrenar a sus astronautas y que su cuerpo responda mejor a la estancia en el espacio, la NASA ha desarrollado toda una serie de tecnologías que, poco a poco y adaptadas a la Tierra, están llegando al sector hospitality.
Un ejemplo es la fototerapia con LEDs, que hace tiempo que se ofrece en hoteles y que se usa desde para curar heridas más rápido hasta para mejorar la circulación y generar colágeno.
Otros servicios relacionados con la salud en hoteles son los tanques de privación sensorial, la crioterapia o incluso un casco neuroacústico que “calma la mente y el sistema nervioso”. Esto último forma parte del paquete de biohacking que ofrecen en el Fairmont Spa Century Plaza de Los Ángeles, cuyos tratamientos se llevan a cabo en un sillón de gravedad cero y bajo una esterilla PEMF (Pulsed Electromagnetic Field).
Experiencias personalizadas de salud en hospitality
La personalización es otra de las características básicas de la oferta de salud que se encuentra en muchos establecimientos hoteleros: itinerarios en los que se mezclan entrenadores personales, consultas con nutricionistas (y la creación de un menú específico), sesiones de meditación adaptadas a la persona en particular…
En muchos de estos hoteles también es posible hacerse pruebas médicas, a partir de cuyos resultados se diseñará un paquete a medida para cada cliente. Un ejemplo es el retiro alemán Lanserhof (“la mejor clínica de longevidad del mundo”, dicen en su publicidad), cuyos huéspedes pueden hacerse tests de todo tipo, obtener diagnósticos y seguir un plan de tratamiento diseñado desde una visión holística de la salud.