Cinco tendencias en arquitectura e interiorismo de retail para 2025

Igual que la llegada y popularización del libro electrónico no supuso el fin del libro de papel, como se auguraba en un principio, la venta online no ha acabado con el retail. Un ejemplo claro de esto es el hecho de que muchas marcas que nacieron con venta exclusivamente por internet han acabado por abrir sus propias tiendas físicas, como Sepiia, Kimidori o incluso los gigantes del ecommerce Amazon y AliExpress.

Aun así, no se puede negar tampoco que el comercio electrónico supone una competencia importante. Esta lucha constante por ofrecer algo que empuje a salir de casa y visitar una tienda se ve en muchas de las tendencias en retail para 2025, así como un mayor foco en la sostenibilidad. Además, también se invertirá en intentar dotar de una personalidad distintiva a cada tienda y en modos de integrar avances tecnológicos como la inteligencia artificial en la experiencia de compra física.

 

Tiendas sostenibles y responsables

Decir que la sostenibilidad es tendencia suena cada vez menos novedoso, pero obviar algo tan importante sería pintar un panorama incompleto: los consumidores y consumidoras buscan cada vez más hacer gasto en empresas sostenibles y responsables. En 2023, un informe de Deloitte indicaba que estábamos a punto de un gran cambio en este sentido: la sostenibilidad estaba a punto de pasar de ser algo simplemente deseable pero no decisivo a la hora de decidir una compra, a ser un requisito. Un ejemplo: las personas de la generación Z o millennials están un 15% más dispuestas que la boomer a elegir una marca que consideran «humana», aunque esta sea más cara que otras de su competencia.

En este sentido, no se trata de pensar solo en el medio ambiente, sino también en aspectos como sus políticas de personal. En 2025 veremos que las tiendas destacan tanto por cómo cuidan la naturaleza (con transparencia, por ejemplo, sobre el origen de sus productos, haciendo posible su trazabilidad) como por lo bien que tratan a su plantilla. Esto se traducirá en un espacio que resulte agradable no solo para clientes, sino para las personas que más tiempo pasan ahí: sus trabajadores. Además de mejorar su imagen, esta estrategia ayudará a atraer y retener talento, uno de los grandes problemas postpandémicos.

 

Más segunda mano y economía circular

Si bien muchas personas están dispuestas a gastar más dinero si se les garantiza que la marca o tienda es sostenible, hay también quien quiere pero no se lo puede permitir. Suele ser el caso de la generación más concienciada ecológicamente, la centennial. Su opción preferida, como ya indicaba Euromonitor International, y como muestra el éxito de aplicaciones como Vinted o Wallapop, es recurrir a la segunda mano: productos más baratos y que, por el simple hecho de ser reutilizados, son más sostenibles.

Tanto en RetailNext como en Forbes destacan esta tendencia para 2025 en online: gigantes como Ikea o Levi’s ya tienen sus plataformas para productos de segunda mano. En las calles, cada vez resulta más común ver tiendas de ropa y productos a los que se les da esa nueva vida. Lejos de ser una moda pasajera, el año que viene se espera que continúen abriendo.

 

Un lugar al que ir no solo a comprar

¿Por qué salir de casa para comprar algo que puedes adquirir igualmente sin levantarte del sofá? Y, una vez que te levantas, ¿por qué ir a una tienda y no a otra de la competencia? En 2025 veremos una de las respuestas principales a este reto: convertir los espacios de retail en algo más. Un ejemplo son las tiendas de deportes Gymshark, que incluyen espacio para estudios de fitness con clases gratuitas.

Otro camino por el que atraer a la gente es el de ofrecer un lugar de desconexión y calma en medio del bullicio de la ciudad. Para ello, muchas tiendas introducirán áreas de descanso y rincones para simplemente socializar con otras personas.

 

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También hay tiendas que ofrecen ya también espacios para trabajar de forma remota. Esto, que hace tiempo que se ve en algunas oficinas bancarias que han abierto cafeterías de coworking, se verá también cada vez más en el sector retail.

La idea es siempre la misma: hacer que la persona vaya a la tienda, aunque su objetivo principal no sea comprar algo. Una vez allí, rodeada del producto, será más fácil lograr esa conversión.

 

Vuelta a las tiendas de barrio

La respuesta contra la urbanización, el fenómeno que hace que todas las ciudades parezcan iguales por tener las mismas tiendas, es buscar la diferenciación. Uno de los elementos que da personalidad a una urbe son sus barrios y, en particular, los establecimientos alojados en sus locales comerciales, por lo que volver a ese color de barrio empezará a ser importante en 2025. Esto se verá también en franquicias: en vez de seguir con la política habitual de intentar ser una marca reconocible porque sus tiendas son siempre réplicas casi exactas, muchas intentarán ser distintas en cada ciudad. Algunas llegarán incluso a convertirse en atracciones turísticas.

 

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Tecnología para mejorar la experiencia y evitar fricciones

La rivalidad entre el comercio electrónico y las tiendas físicas no trata de establecer divisiones rígidas entre algo muy tecnológico y un espacio totalmente desconectado. Si bien muchas tiendas buscarán potenciar lo especial de hacer algo en persona y no por internet, otras se centrarán en intentar acortar las distancias entre ambas experiencias. Para ello, buscarán eliminar a través de soluciones tecnológicas todas las fricciones y dificultades que a menudo acompañan al retail: evitar las esperas y colas o que el cliente tenga que buscar su propio producto. Un ejemplo son las tiendas autónomas del Grupo Zabka: un concepto de minikiosco para hacer pequeñas compras rápidas sin cajeros, colas, ni dinero en efectivo.