Imagina caminar por la calle y ver cómo autos sin conductores humanos recorren las carreteras sin ruido ni ocupantes al volante. Lo que hace unos años parecía ciencia ficción, hoy es una realidad en ciudades como San Francisco, Austin o Miami, donde empresas como Zoox o Waymo están poniendo a prueba sus flotas de robotaxis.
Y cuando decimos a prueba, es a prueba de verdad, porque la incursión de este nuevo tipo de transporte no está libre ni de polémica ni de desafíos. Aunque la pregunta de fondo es: ¿cómo afectará esta nueva realidad a nuestras ciudades y su urbanismo?
Menos aparcamientos, más puntos de recarga
Si los robotaxis se convierten en la norma, podrían cambiar radicalmente la distribución del área urbana. Así lo estima un informe de McKinsey, que afirma que la necesidad de estacionamientos disminuiría, permitiendo la transformación de estos lugares en parques, carriles bici o nuevas zonas comerciales.
Por otra parte, las estaciones de carga para estos vehículos se convertirían en una nueva infraestructura clave que, como lado negativo, también requeriría de nuevos espacios. La ubicación de estos puntos de recarga y su integración con el resto de la ciudad serán determinantes para evitar que el impacto ambiental y el consumo energético aumenten de forma descontrolada.

Seguridad vial y regulaciones
El auge de los robotaxis también plantea interrogantes sobre la seguridad. Aunque se espera que sean más confiables, incidentes recientes han llevado a un mayor escrutinio regulatorio. El caso de la ya extinta Cruise (la apuesta de General Motors por el coche autónomo, que ha paralizado) en San Francisco, donde un robotaxi arrastró a una peatona tras un accidente, resalta la necesidad de marcos regulatorios claros y tecnologías de mitigación de riesgos.
Otro factor que tener en cuenta es la respuesta ante emergencias. ¿Cómo reaccionarán los robotaxis en situaciones imprevistas, como desvíos repentinos o la necesidad de ceder el paso a ambulancias y bomberos?
Un cambio para repensar las ciudades
Más allá de sus problemas actuales, los robotaxis podrían ser una oportunidad para reimaginar las ciudades. Regulaciones como impuestos por distancia recorrida o tarifas dinámicas podrían incentivar su uso en horarios de baja demanda y evitar saturación del tráfico. Además, con la eliminación progresiva del estacionamiento en superficie, podrían liberarse espacios para proyectos de urbanismo más sostenibles.
Asimismo, la posibilidad de reconfigurar la distribución de vehículos y dar prioridad a peatones y ciclistas podría permitir una ciudad más amigable y habitable. Espacios peatonales más amplios, carriles exclusivos para bicicletas y zonas de bajas emisiones podrían formar parte del nuevo paradigma urbano impulsado por la llegada de los robotaxis.

¿Un nuevo riesgo ambiental?
La transición hacia robotaxis eléctricos también podría tener un impacto significativo en la sostenibilidad de las ciudades. La reducción del uso de combustibles fósiles es una ventaja clara, pero la gestión de la demanda energética y la producción de baterías deben ser cuidadosamente planificadas para evitar efectos negativos en el medio ambiente.
El diseño de políticas que favorezcan el uso de fuentes renovables para la carga de estos vehículos y la implementación de modelos de economía circular en la fabricación de sus componentes podrían marcar la diferencia en la reducción de la huella de carbono del sector del transporte.
Como vemos, la clave estará en equilibrar la innovación con la necesidad de ciudades más accesibles, sostenibles y seguras. Si se maneja correctamente, esta transformación no solo redefinirá la movilidad, sino que también abrirá la puerta a una reconfiguración del espacio urbano que beneficie a la ciudadanía en su conjunto.
Empresas que han apostado por los robotaxis
- Waymo: Fundada en 2009 en Mountain View, EE.UU., como un proyecto de Google, Waymo se convirtió en una empresa independiente bajo Alphabet. Se destaca por su tecnología avanzada de percepción y aprendizaje automático, y actualmente opera en varias ciudades con servicios de robotaxis sin conductor.
- Zoox: Creada en 2014 en California y adquirida por Amazon en 2020, Zoox ha diseñado un vehículo autónomo desde cero, sin volante ni pedales. Ha estado probando sus flotas en ciudades como Las Vegas y San Francisco, con planes de lanzamientos comerciales en el futuro. Sin embargo, hasta la fecha, el servicio permanece limitado a trabajadores y sus familias, y aún no se ha abierto al público en general.
- Cruise: Lanzada en 2013 en San Francisco y adquirida por General Motors en 2016, Cruise lideró pruebas de robotaxis sin conductor en EE.UU. No obstante, en diciembre de 2024, General Motors decidió cesar la financiación de Cruise debido a los desafíos regulatorios y financieros, lo que llevó al cierre de sus operaciones de robotaxis.
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