Los fenómenos climáticos extremos, a los que estamos dedicando reportajes y análisis en Connections by Finsa, dan lugar a nuevas soluciones para generar modelos urbanísticos en consonancia con el medio ambiente. Una de estas propuestas es la arquitectura flotante, que surge para dar respuesta al 10% de la población mundial que vive amenazada por la subida del nivel del mar (según este estudio de la Universidad de Columbia).
¿Qué es la arquitectura flotante?
La arquitectura flotante surge como respuesta a la migración climática, un fenómeno que provoca que las personas tengan que modificar su lugar de residencia debido a los cambios meteorológicos extremos.
En concreto, este modelo constructivo ofrece una alternativa a las crecidas e inundaciones, a la par que solventa la falta de vivienda en las ciudades. “Dado el impacto del cambio climático, y que solo el 30% de la superficie del planeta es tierra firme, debemos pensar en la oportunidad de convivir con el agua en lugar de luchar contra ella, reclamándole un terreno que acabará conquistando”, explica el arquitecto Kunlé Adeyemi. Adeyemi fue el creador de varios edificios acuáticos en su África natal y resultó galardonado en la Bienal de Venecia por su proyecto de escuela flotante en el distrito nigeriano de Makoko.
Inicios de la arquitectura flotante: Camboya, Perú y Holanda
Las aldeas flotantes pueden parecer un concepto novedoso, pero se remontan a los orígenes de Kampong, sobre el lago Tonle Sap (Camboya). En la Isla de los Uros (Perú), a kilómetros de distancia, también se asentaron poblaciones en hogares sobre el agua. Siendo conocedores de la riqueza alrededor del medio acuático, decidieron emplear estructuras de madera y plantas marinas para generar los espacios en los que vivir.
Además de estos ejemplos de diferentes latitudes, existe otra región con larga tradición histórica de construcción sobre el agua: los Países Bajos. Durante la Edad de Oro en el antiguo territorio de Flandes y, especialmente, en Ámsterdam, se procuraron alternativas para convivir con el aumento del nivel del mar frente a la línea costera de dunas y, principalmente, con las inundaciones de los ríos Rin y Mosa.
De hecho, la Ley holandesa sobre edificaciones flotantes (2003) es de las más avanzadas que existen a nivel mundial. En Ámsterdam ya encontramos 2.500 viviendas de este estilo y, en Países Bajos, alrededor de 100.000. Sin duda, esta área es un referente en construcción, ya que en la actualidad también es pionera en la constitución de pueblos en tejados, una iniciativa de la que te hablábamos aquí.
Tipos de arquitectura flotante
Este tipo de estructuras, en el caso holandés, suelen ser barcos de metal, históricos o reacondicionados (sharken y woonschepen, respectivamente) o un cajón de hormigón unido al muelle (arken).
Existen más diferenciaciones según su capacidad de cambiar la ubicación: embarcaciones móviles (vivienda de agua, según la ley holandesa) o semipermanente, una estructura de construcción. También hay modelos híbridos como las viviendas anfibias, que permanecen sobre tierra durante la marea baja. Estas características determinarán el tipo de suministro eléctrico y de agua que incorporará, según si puede conectarse o no a una red local o si debe ser autónoma.
Construcción y materiales en la arquitectura flotante
Estas estructuras se construyen ensamblando piezas sobre una plataforma de hormigón que flota. Se usan pontones y grandes pontones (flotadores) de diferentes formas, según donde se asiente, las cargas soportadas o las características de las aguas en las que se van a sumergir. Estos pontones se realizan en hormigón armado, aunque también los hay de polietileno, un material plástico, liviano y no absorbente pensado para estructuras pequeñas y ligeras. En ellos se incorporan los tanques de tratamiento de aguas residuales.
Todas las edificaciones flotantes se mantienen a unos cincuenta o sesenta centímetros sobre la línea de flotación para evitar salpicaduras y humedades.
¿Qué tipo de materiales se emplean para construir edificaciones flotantes? La madera es un elemento fundamental, tanto por sus características técnicas como por la sostenibilidad que reporta al activo inmobiliario. Los cerramientos se forman con una estructura de madera que se termina con un acabado panelado de tableros en su cara exterior. Se acoplan con uniones mecánicas, sin químicos, para garantizar un clima interior agradable y saludable.
Ahora que hemos profundizado en los tipos y formas de edificarlas, toca ver algunos ejemplos y proyectos en desarrollo que van más allá de una sola unidad flotante y que apuesta por impulsar un urbanismo sostenible sobre el agua.
Primer chapuzón: casas, granjas y hoteles flotantes
Como te contábamos, Camboya es un ejemplo en este tipo de arquitectura. Un país vecino, Vietnam, es otro referente reciente por haber ingeniado lo que en vietnamita se llama Nhà tre nổi, casa flotante de bambú. La idea surgió por parte del estudio H&P Architects para dar respuesta habitacional a quienes viven cerca de los ríos y pueden enfrentarse a inundaciones ocasionales.
Otro paso en el impulso de la arquitectura flotante es la “botadura” de distintos tipos de espacios sobre las aguas. Ejemplo de ello es la granja flotante para cuarenta reses ideada por Goldsmith en Róterdam. En palabras de la firma, se trata de “una estructura agrícola construida sobre la base de principios náuticos”. Está conectada con tierra firme para permitir que el ganado paste, y cuenta con una organización en varios niveles que dan cabida al procesado de productos lácteos.
Una zambullida más intensa supone el eco-hotel flotante del estudio Hayri Atak en la costa de Qatar. Planteado para abrir en 2025, sus 152 habitaciones están diseñadas para minimizar la pérdida de energía, siguiendo el principio de cero residuos y pergeñado con un sistema que permite al edificio rotar para generar electricidad con el movimiento del mar.
Todos estos proyectos desembocan en el know-how para crear un nuevo sistema que permita construir casi cualquier cosa sobre el agua, algo que desde la firma MAST aseguran haber conseguido con un método propio. Tierra en agua es el nombre de este prototipo modular realizado con unidades de polímeros reforzados reciclados, fáciles de transportar y de ensamblar.
Comunidades flotantes: Oceanix Busan
Si tenemos un sistema, podemos ir más allá de un solo espacio y llegar a erigir comunidades o incluso ciudades flotantes. Para 2030 espera la empresa Oceanix tener listo su primer modelo de comunidad sobre el agua, que estará ubicado en Corea: Oceanix Busan.
Serán vecindarios modulares de dos hectáreas que crearán comunidades autosuficientes en las que podrán vivir hasta 300 residentes. Usarán energía neta cero combinada con mareomotriz y biorreactores de algas, además de herramientas que permitan el suministro de agua dulce y el autoabastecimiento mediante granjas de cultivo hidropónico.
Ventajas y desventajas de la arquitectura flotante
¿Qué ventajas y desventajas presenta la arquitectura flotante? ¿Es realmente la clave del urbanismo del futuro? Para Richard Coutts, creador de las casas anfibias en 2015, “proporcionaría los 440.000 hogares necesarios que aliviarían el problema de vivienda solo en Londres”.
A esta solución habitacional se añade el menor precio de parcela de suelo, la reducción de costes y la rapidez en construcción empleando sistemas de industrialización, además de la protección ante inundaciones, si estuviese en tierra, y de los terremotos gracias a las características del agua como amortiguador sísmico.
Las desventajas por ahora consisten en alargar lo máximo posible la vida útil de estos activos expuestos a altas condiciones de humedad y la posibilidad de que acabemos sobrepoblando los paisajes marinos. Sirva como antecedente que Ámsterdam tuvo que limitar el número de edificaciones flotantes para evitar la congestión de los canales.
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