“Innovador, humanitario y aplicable. Better Shelter tiene todo lo que un premio Beazley al Diseño del Año debe tener”. Así resume Jana Scholze, profesora de la Universidad de Kingston y miembro del jurado, las principales características de este proyecto de arquitectura de emergencia que se alzó con el galardón en la última edición de los premios.
“Beazly Designs of the Year es una de las exposiciones más populares que tenemos en el Museo del Diseño”, destaca su directora, Alice Black, para quien la muestra que anualmente reúne a todos los finalistas “es la mejor manera de tomar el pulso al pensamiento creativo actual”. Esta edición, además, ha contado con el aliciente de estar emplazada en la nueva sede del museo, el primero dedicado al diseño en todo el mundo. Mientras que para Marcus Fairs, fundador y redactor jefe de la revista Dezeen y miembro del jurado, los premios Beazly son los únicos que permiten dar un vistazo a todo lo que se produce, en diferentes países y en diferentes disciplinas de diseño: producto, gráfico, moda, arquitectura…
Los premios Beazley de diseño son singulares. Creados hace 9 años por el Museo del Diseño de Londres como reconocimiento de los proyectos más destacados a nivel mundial, para ellos lo importante no es el tamaño o el coste del proyecto, sino su sentido práctico, siguiendo la filosofía de que el diseño sirve para mejorar la vida de las personas. “Better Shelter toca uno de los temas del momento: proporcionar alojamiento en una situación excepcional ya sea causado por la violencia o el desastre. Lamentablemente, hemos visto muchos casos recientemente donde fueron necesarios los refugios temporales. No solo su diseño, sino la producción segura y su distribución, hacen de este un proyecto relevante. Esto demuestra el poder del diseño para responder a las condiciones en que estamos y transformarlas”, explica Jana Scholze.
Beazley Designs of the Year from Design Museum on Vimeo.
Better Shelter: el mejor diseño del año está en campos de refugiados
Better Shelter es un proyecto colaborativo para la creación de viviendas temporales para refugiados desarrollado por Johan Karlsson, Dennis Kanter, Christian Gustafsson, John van Leer, Tim de Haas, Nicolò Barlera, la Fundación IKEA y ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Desde que comenzaron a fabricarse los refugios, ya hay 30.000 unidades montadas que están siendo utilizadas en campos de refugiados en diferentes partes del mundo.
La misión de Better Shelter es crear una estructura temporal digna y funcional. Constituido por una estructura de marcos de acero cubiertos de paneles de polímero ligero, sus 68 piezas se reciben embaladas en dos cajas planas de 80 kilos cada uno. Los paquetes incluyen ya las herramientas necesarias para su montaje, que se completa en tan sólo 4 horas, proporcionándole una vida útil de 3 años. El resultado es una vivienda de 17,5 metros cuadrados de superficie y capacidad para acoger a 5 habitantes, que cuenta con ventilación y un panel solar en su techo que genera la energía necesaria para cargar la lámpara de su interior.
Su estructura modular permite adaptar el diseño, situando la puerta donde se prefiera. Una puerta con candado porque, como explica Märta Terne de Better Shelter, en los campos “poder cerrar una puerta tras de ti y ponerle un candado significa mucho. Disponer de un hogar y un lugar seguro, aunque sea temporal, es muy importante para ellos”. «Poder cerrar la puerta es maravilloso«, explica Amina, refugiada Siria que llegó con su familia a Turquía huyendo de la guerra. «Nos hace sentir seguros. Evita que mis hijos salgan sin permiso, y que podamos mantener a buen recaudo los pocos enseres personales que tenemos aquí».
Además, «poder estar a solas o con la familia dentro de un entorno controlado es importante, sobre todo para las personas que han vivido una situación traumática tan dura», añade Märta. Una manera de intentar dar un nuevo hogar temporal a los niños, que representan el 50% de la población mundial desplazada.
Otros ejemplos de arquitectura de emergencia
La época en que vivimos ha llevado a arquitectos de todo el mundo, junto a marcas y fundaciones, a preocuparse por el desarrollo de soluciones habitacionales para ser empleadas en campos de refugiados desplazados por las guerras o zonas afectadas por catástrofes naturales (terremotos, tsunamis, huracanes…). En estas situaciones de emergencia humanitaria se hace necesario contar con viviendas fáciles de construir, que empleen materiales básicos y económicos y cuyo montaje y transporte sea sencillo.
Shigeru Ban fue uno de los pioneros en comenzar a trabajar en la creación de viviendas temporales en zonas de desastre, como una manera de contribuir a la sociedad. Conocido por su construcción basada en tubos de cartón reciclado, aplicó esta solución en Ruanda en el año 1994, y a continuación en el terremoto de Kobe del año 1995. A partir de ahí, Shigueru Ban ha intervenido en múltiples escenarios de emergencia para mejorar la situación de los afectados.
Otros sistemas que ya han sido convertidos en realidad son el CMAX de Nicolás García, una casa de emergencia para catástrofes que se monta en 10 minutos y tiene la peculiaridad de separar su suelo de la superficie, para reducir el frío y la humedad. También la Kit House de los españoles Daniel Mayo y Álvaro Figueruelo, un alojamiento temporal para situaciones de crisis humanitaria que emplea como material básico la madera y está pensada para que cualquiera pueda poner en pie su estructura en una hora. Otros son todavía proyectos de futuro, como el innovador sistema diseñado por Abeer Seikaly para refugios de emergencia sostenibles, basado en un tejido técnico estructural que se expande para crear la vivienda y se contrae para ser trasladado.
En la última edición de Casa Decor en Madrid, Finsa apostó por un proyecto en parte inspirado en este tipo de construcciones. Global Refuge, diseñado por Cenlitrosmetrocadrado, consistía en un ejercicio de síntesis que reducía cada una de las estancias de un hogar a una pieza de mobiliario, uniéndolas todas en una misma estancia.