El cultivo de cannabis se vio ensombrecido por los usos recreativos de las variedades con mayor concentración de THC, una sustancia conocida por sus efectos psicoactivos. Sin embargo, poco a poco, el cáñamo se ha ido despojando de esa imagen vinculada a las trabas legales para emerger como lo que es: una planta capaz de solucionar una infinidad de problemas de nuestro día a día, también en el interiorismo, el hábitat o la moda y la belleza como un material sostenible.
De esta manera, se ha convertido en una materia prima trascendente para industrias como la textil, la automoción, la farmacéutica o la cosmética. Pero también, como explicaba en un amplio reportaje el diario británico The Guardian, es una de las grandes esperanzas para combatir el cambio climático.
Ver esta publicación en Instagram
Una solución doble frente al CO2
Desde hace años empresas como UK Hempcrete trabajan con cáñamo, mezclado con cal y agua para fabricar un ladrillo de componentes naturales (hempcrete) que reduce hasta en un 90% el consumo de CO2 en la construcción de viviendas. De hecho, una de las grandes ventajas del uso de este tipo de materiales es que las propias plantaciones de cáñamo funcionan como pulmones para el dióxido de carbono que emitimos a la atmósfera.
Las casas bio-responsables constituyen una solución doble para la conservación del planeta. Se sustituyen el acero y el cemento, cuya producción emite gases de efecto invernadero a la atmósfera, por un esqueleto de madera y ladrillos de cáñamo, que se curan al aire libre gracias a la energía del sol. Y, por su parte, las plantaciones que se necesitan para la fabricación de ladrillos y la estructura de las viviendas absorben parte del CO2 que los seres humanos generamos a diario.
De hecho, el cannabis, según fuentes del sector, está llamado a ser un actor protagonista en el Green Deal que la Unión Europea ha diseñado para impulsar la recuperación económica tras la pandemia del Covid-19.
Ver esta publicación en Instagram
Tendencia creativa de 2020
En esta revista ya hemos hablado en otras ocasiones de Shutterstock, el mayor banco de imágenes del mundo, y cómo utiliza los patrones de búsqueda de sus usuarios para predecir las tendencias creativas que dominarán el 2020. En esta ocasión, junto a los glamurosos años 20 o los estampados florales se cuela también la industria del cannabis. Pero al margen de esa estética hippie que ha rodeado a la planta tradicionalmente y enfocándose en una visión más minimalista.
Ver esta publicación en Instagram
Tratamientos naturales para el rostro
El cannabidiol (CBD) que se encuentra en la flor resinosa del cáñamo ha sido uno de los grandes descubrimientos de la industria cosmética. En los últimos años, las propiedades antiinflamatorias naturales de este compuesto han servido de base para cremas y aceites enfocados, sobre todo, en el tratamiento de la piel de la cara.
Chris Caires, el responsable de innovación de Perricone MD, una reconocida multinacional norteamericana del sector, explicaba en el Wall Street Journal los grandes beneficios del CBD: “Alta tolerancia, potente y estable, una combinación de virtudes verdaderamente única”. Desde entonces la compañía continúa volcada en el desarrollo de productos con esta sustancia.
Ver esta publicación en Instagram
El adiós a la fast fashion
Aseguran que si un pantalón estuviese hecho de fibra de cáñamo un nieto lo heredaría de su abuelo sin ningún problema. Eso sí, el diseño probablemente habría pasado de moda. Sin embargo, para muchos, entre ellos el padrino del denim, Adriano Goldschmied, la pandemia que sigue asolando el planeta supondrá el principio del fin de la fast fashion.
Esta tragedia parece haber despertado en la sociedad la conciencia de un consumo más responsable y sostenible. Firmas como Patagonia, Levi’s o Jungmaven tienen ya un largo recorrido en la búsqueda de materiales más ecológicos para la industria textil. Una carrera donde el cannabis vuelve a estar bien posicionado.
Ver esta publicación en Instagram
Tan controvertido como eficaz a la hora de solucionar infinidad de problemas de nuestro día a día, este cultivo sigue incrementando su valor, demostrando que no está todo planteado sobre los materiales que empleamos en diferentes sectores.