Las cuevas fueron el primer hogar del ser humano y, aunque parezca contradictorio, una evolución de ese mismo concepto puede ser también nuestro futuro. Encontramos ejemplos de arquitectura excavada en tierra desde las viviendas trogloditas de la Capadocia turca, pasando por los pueblos subterráneos de Matmata, en Túnez o las casas-cueva de Guadix, en Granada; pero hoy profesionales de arquitectura e interiorismo exploran nuevas formas de integrar estas construcciones en el paisaje sin renunciar al confort y la eficiencia energética. ¿Podría esta tipología ser la respuesta a algunos de los retos de la arquitectura contemporánea?
En busca de la cueva moderna: del ‘Rascainfiernos’ al InterContinental Wonderland de Shanghai
Si pueblos de todo el mundo se han planteado la idea de vivir bajo tierra, es por algo. Su atractivo reside en la capacidad de las excavaciones para mantener temperaturas estables a lo largo del año, reduciendo la necesidad de sistemas de climatización artificial.
Sin embargo, ¿hay algún ejemplo contemporáneo? Lo cierto es que no hace falta irnos muy lejos. Uno de los casos más icónicos de arquitectura subterránea moderna es el Rascainfiernos de Fernando Higueras, construido en la década de 1970 en Madrid.
Higueras vivió en su propuesta subterránea hasta su fallecimiento en 2008. Inspirado en la idea de las cuevas como refugios térmicos naturales, Higueras excavó un hueco de 9×9 metros en su jardín, creando una residencia enterrada a siete metros bajo tierra.
A pesar de su ubicación, la casa es un espacio acogedor, gracias a un enorme lucernario de doble altura con cuatro claraboyas que permiten la entrada de luz cenital. La eficiencia térmica del Rascainfiernos también es notable: su temperatura se mantiene constante entre 16 y 26 grados durante todo el año, lo que elimina la necesidad de aire acondicionado y calefacción.
Este concepto de vivienda fue una visión adelantada a su tiempo, demostrando que la arquitectura subterránea puede ser tanto estética como funcional, siendo un referente temprano en arquitectura sostenible y bioclimática.
Otros acercamientos modernos a la arquitectura subterránea son los Earthships de Michael Reynolds: viviendas que apuestan por la energía solar y el aislamiento térmico usando además materiales reciclados.
Un caso de clara contemporaneidad es el hotel InterContinental Wonderland de Shanghai, inaugurado en 2018. El hotel tiene 18 pisos, 16 de los cuales están bajo el nivel del suelo natural, incluidos dos pisos submarinos que se ubican a 88 metros de desnivel.
Eso sí, este rascasuelos tiene cierto truco, porque para su construcción se excavó una enorme superficie, no solo para el hotel, sino para todo el entorno que lo rodea, logrando de paso que la mayoría de sus plantas tengan luz natural.
¿Qué ventajas tendría hoy en día explorar más a fondo la arquitectura subterránea?
Estos ejemplos son la guía en la que se inspiran cada vez más proyectos que buscan integrar la eficiencia térmica en espacios residenciales y urbanos donde, al menos una de sus partes, pueda estar enterrada o excavada. Los motivos para hacerlo son varios y bien justificados:
Eficiencia energética y confort térmico
Las edificaciones subterráneas aprovechan la inercia térmica del suelo, manteniendo una temperatura media constante durante todo el año. En regiones de climas extremos, esto se traduce en un ahorro energético significativo al reducir la necesidad de calefacción y refrigeración. Un ejemplo moderno son las casas del pueblo australiano de Coober Pedy, excavadas de forma moderna para soportar el abrasador calor del verano en un municipio que vive de la extracción de ópalo.
Integración con el paisaje
Estas viviendas permiten una simbiosis casi total con el entorno. Proyectos contemporáneos como la Villa Vals, la conocida como casa hobbit de Suiza, encajada en la ladera de una montaña, muestran cómo la arquitectura subterránea puede fundirse con el paisaje sin alterar su morfología natural.
Edificación pasiva por defecto
El desarrollo de nuevos materiales y técnicas constructivas ha permitido mejorar la habitabilidad de estas viviendas. Sistemas de ventilación pasiva, geotermia y captación solar están redefiniendo el concepto de sostenibilidad en la arquitectura enterrada.
¿Son posibles las casas subterráneas en entornos urbanos?
Si bien la mayoría de las viviendas subterráneas se han desarrollado en zonas rurales o entornos naturales, algunas ciudades están empezando a explorar esta posibilidad en la construcción de viviendas sostenibles. En Japón y Singapur, por ejemplo, ya se han desarrollado prototipos de apartamentos subterráneos en respuesta a la falta de espacio y al alto costo del suelo.
Eso sí, tampoco hay que negar que estas soluciones podrían no encajar fácilmente en el mercado. A pesar de sus ventajas, la arquitectura subterránea sigue enfrentándose a desafíos. La falta de iluminación natural, la humedad y la percepción de claustrofobia son aspectos que los diseñadores deben abordar con ingenio. Grandes ventanales orientados a patios interiores, sistemas de drenaje eficientes y estrategias de iluminación artificial han permitido mitigar estos inconvenientes.
Además, la idea de vivir bajo tierra sigue despertando ciertas reticencias en el imaginario colectivo. Sin embargo, a medida que la conciencia ecológica y la búsqueda de eficiencia energética se consolidan, es probable que veamos un aumento en la aceptación y construcción de estas viviendas. La implementación de nuevos materiales y diseños innovadores puede contribuir a cambiar la percepción negativa de este tipo de arquitectura.
En un mundo donde la urbanización sigue creciendo a un ritmo acelerado y el espacio en las grandes ciudades se vuelve cada vez más limitado, la arquitectura subterránea podría desempeñar un papel clave en la planificación urbana del futuro. Modelos híbridos de construcción, donde los espacios subterráneos complementen a las edificaciones en superficie, podrían marcar el inicio de una nueva era en el diseño arquitectónico sostenible.
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