Las pop-up stores, o tiendas emergentes, son establecimientos efímeros que se crean para una campaña o evento concreto y, por tanto, están abiertas durante un período de tiempo corto. Son efímeras y se sitúan en ubicación estratégicas. Suelen destacar por sus innovadores y arriesgados diseños. En Connections by Finsa hemos seleccionado cuatro ejemplos para que veas todo su potencial.
Conducir entre montañas nevadas
Cuando Porsche sacó al mercado un nuevo modelo del Porsche Cayenne no lo presentó en sus concesionarios habituales. La marca alemana instaló su tienda pop-up en la parte superior de las pistas de esquí de los Alpes franceses. Lo hizo por medio de una cúpula con forma de copo de nieve, donde ofreció a los potenciales clientes la experiencia única de probar sus coches por las montañas.
Una biblioteca para presentar el papel de la próxima generación
Remarkable se define como el papel de la próxima generación. Pide a sus usuarios que reemplacen sus cuadernos y documentos impresos con la única tableta que se siente como papel. Para su lanzamiento, la firma de arquitectura Snøhetta diseñó una biblioteca donde exhibir la tableta en un ambiente que fomentase la contemplación y la concentración.
Alimentación efímera
Ikea abrió su primera pop-up en Barcelona con un punto de venta físico y temporal especializado en alimentación sueca. El objetivo de este establecimiento era acercar la marca y sus nuevos formatos a los consumidores de la ciudad, así como facilitar el acceso a la oferta alimentaria de la compañía.
Pop-up stores para testar el mercado
Kenay Home es una marca de decoración valenciana que vendía sus muebles online, destacando especialmente su presencia en Instagram. Tras el éxito de su tienda digital, la empresa decidió abrir espacios físicos para estar más cerca de sus clientes, pero antes de desvirtualizarse organizan una pop-up store donde testean el mercado.
¿Te atreverías a diseñar una pop-up store? No te pierdas nuestro análisis sobre estos espacios.