Del FOMO al ROMO

La masiva digitalización de la vida tras la pandemia de coronavirus ha modificado nuestra relación con las redes sociales y las plataformas digitales. En este post te hablábamos de quienes se debatían entre el placer de perderse algo (JOMO) frente a la obsesiva necesidad de estar al día de la actualidad (FOMO). Ahora ha surgido un nuevo término: ROMO, la realidad que se cancela o se aplaza.

 

Antes del coronavirus: entre el FOMO y el JOMO

Vamos a analizar esta nueva tendencia en perspectiva. FOMO, Fear Of Missing Out, es el miedo a perderse algo y la necesidad de estar permanentemente en línea para estar al día. La neuropsicóloga Jennifer Wolkin explica en USA Today que un componente clave del FOMO es que está respaldado por un sentimiento de impotencia “de que nos estamos quedando sin algo que es crucial y está siendo experimentado por otras personas, excluyéndonos de la realidad”.

Como reacción al FOMO distintos influyentes dentro y fuera del entorno digital proclamaron la práctica del JOMO, Joy of Missing Out: desde “baños de naturaleza” para prevenir el síndrome de Heidi hasta la limitación del tiempo de consumo de redes sociales a través de nuestros propios teléfonos (modo avión, deshabilitar notificaciones, temporizadores que cierran apps cuando excedemos lo justo y necesario…).

 

La fatiga tecnológica

Con la llegada de la pandemia y el sobrecogedor torrente informativo, el FOMO se reinterpreta como la sensación de perderse algo que nunca se volverá a recuperar. La revista Wired recoge la explicación de la psicóloga Melissa Gratias: “El FOMO se ha visto agravado por la pandemia porque nos tenemos a nosotros mismos y a otras personas como objetos de comparación social, y, en ambos casos, nos quedamos cortos”.

En la antigua normalidad, si no conseguías entradas para un concierto, para el teatro o para cualquier otro acontecimiento social, no pasaba nada porque podríamos acudir en otra ocasión. A consecuencia de la pandemia, los acontecimientos perdidos no volverán a celebrarse.

Este miedo se trasladó de lo físico a los eventos virtuales. Durante la cuarentena hubo una sobresaturación de alternativas digitales: conciertos, clases, entrevistas… “Ahora el FOMO se percibe hacia las experiencias digitales de las que no podemos ser parte, ya sea porque estamos demasiado cansados, ocupados o abrumados”, afirma Lalin Anik para USA Today. Esta profesional anota a un nuevo término: la fatiga tecnológica.

Viñeta de Kevin Hodgson

 

Píldoras contra la infoxicación

“La única adicción que ha sido socialmente aceptada es la digital”. El diseñador Ferran Bretcha presenta así cinco herramientas para la desintoxicación digital con las que paliar esa fatiga de la que hablábamos y potenciar así un uso responsable de las redes sociales y la tecnología. Este trabajo le valió un premio ADG Laus de plata en la categoría de diseño gráfico.

5 tools for digital détox. Ferrán Bretcha

 

Del FOMO al ROMO

Del FOMO, Fear Of Missing Out, se evoluciona al ROMO, the Reality of Missing Out. Y es que la realidad de perderse algo se materializó tras la covid-19. Algunos acontecimientos se retrasan, pero otros se cancelan. Nunca ocurrirán o, en el mejor de los casos, nunca de la manera en la que tradicionalmente se conocían: festivales masivos, eventos multitudinarios…

 

La soledad digital

El ROMO también está relacionado con un paradójico aumento del sentimiento de soledad a pesar de vivir en un entorno más hiperconectado que nunca. El Infome Digital Trends 2021 destaca la que se denomina como soledad digital, e indica la necesidad de desarrollar herramientas  que involucren a las personas. Cita como ejemplo Radio Recliner, una radio online que reúne a personas mayores para hablar de sus temas favoritos. En Connections by Finsa os hablábamos también de apps que te ayudan a conocer a tu vecindario.

 

¿Cómo piensas que podemos facilitar la pertenencia y la conexión entre personas? Coméntalo con nuestra comunidad de lectores a través del hashtag #ConnectionsByFinsa.