Así ha cambiado la distribución de nuestras casas

¿Te has dado cuenta de que cada vez hay menos pisos con grandes pasillos? Otra, más evidente, es la tendencia hacia las cocinas abiertas. Y, yendo a lo micro: ¿qué me dices de la desaparición de los bidés, que antes se concebían casi como imprescindibles?

La expansión de las ciudades y los cambios sociales han hecho que el interior de nuestros hogares haya evolucionado de forma lenta pero constante a lo largo de los años, con la arquitectura y el interiorismo reflejando esos nuevos usos.

Vamos a explorar qué impulsa estos cambios, y cuáles son los últimos que se están produciendo.

 

El contexto histórico de la distribución del hogar

Aunque pueda parecer que, en cuanto a distribuciones, lo nuevo siempre tienda hacia lo viejo, la historia nos demuestra que, de puertas para dentro, lo que ocurre en nuestra casa es más bien un viaje de ida y vuelta.

Sí, las modas también vuelven en nuestras casas. “Con el paso de los años se han borrado de nuestra memoria muchas de aquellas estancias, mientras que otras han resurgido con energía gracias al rejuvenecedor viento que traen los nuevos tiempos. Cuando esto es así, épocas enteras se emparejan y relacionan. Término como el de suite, hoy ha reaparecido para los baños incluidos en los dormitorios y para denominar las estancias más lujosas de los hoteles. Aunque en su origen dicho término fue aplicado a las habitaciones con varias dependencias en continuidad desde el siglo XVII”, explica el arquitecto Santiago de Molina, autor del ensayo Arquitectura de las pequeñas cosas, donde explora los cambios en los hogares a lo largo de la historia.

En el pasado, los hogares solían estar organizados en torno a habitaciones con funciones específicas y separadas, como el citado “gabinete», o la «alcoba”, una habitación pequeña destinada solo a dormir, y no a otras actividades, como suelen usarse ahora especialmente en familias con hijos. Estas divisiones reflejaban una clara distinción de roles y funciones dentro del hogar. Sin embargo, con el tiempo, la tendencia ha ido hacia la integración de espacios multifuncionales.

Las plantas abiertas, donde la cocina, el comedor y la sala de estar se fusionan, son un claro ejemplo de cómo las barreras físicas se han reducido para fomentar la interacción y la flexibilidad en el uso del espacio.

“La habitación como espacio personal y con una función especializada es, en realidad, un invento relativamente moderno y puesto de moda por las clases pudientes cuando descubrieron que dormir, jugar y comer sin tener gente alrededor era una gozada. Cuando los griegos y los romanos usaron las alcobas y los impluvios, o cuando en la Edad Media apareció lo que se conocía como “sala principal” en la planta superior de las casas, estaban dando comienzo las sucesivas privatizaciones del espacio doméstico en cada una de sus culturas”, sostiene De Molina.

Pero la pregunta es: ¿Se trata de un cambio cultural el que nos ha hecho reducir los espacios ‘privados’ y pasar a lo diáfano, o es por la presión económica y los tamaños cada vez más menguantes en nuestros hogares de hoy?

 

La otra realidad: España es el país de UE donde más se estilan los pisos

Según datos de Eurostat, España es el país de la Unión Europea donde más pisos se escogen como modalidad de vivienda (un 66% de la población, frente al 47,5% de media en la UE). Siguen Letonia (65%, datos de 2021), Alemania (63%) y Estonia (61%).

Irlanda, por contraste, es el país miembro donde más se vive en casas (89%), seguida de los Países Bajos (79%), Croacia y Bélgica (ambos con un 77%). Hay que señalar que esto incluye las viviendas adosadas, pero las diferencias son importantes. España es, además, el séptimo país donde más personas viven de media en una casa (2,5), frente a la media europea de 2,3 personas por hogar.

Como vemos, la urbanización y la densidad poblacional también juegan un papel muy relevante en la configuración de nuestras viviendas. Este fenómeno ha llevado a profesionales de la arquitectura y del urbanismo a innovar en el diseño de viviendas, optimizando el espacio disponible, pero haciendo todo lo posible para no sacrificar comodidad ni la calidad de vida.

De hecho, esto ha abierto nuevas posibilidades. Cada vez es más común que, en edificios de apartamentos modernos, especialmente en grandes ciudades, a menudo se incluyan áreas compartidas como gimnasios y espacios de coworking o de lavandería, proporcionando una extensión del espacio privado y fomentando una mayor comunidad entre los residentes.

Ese es el caso de las nuevas (aunque cada vez más comunes) propuestas de cohousing y de covivienda. En España, hay varias iniciativas pioneras en este sentido, como Las Carolinas de Entrepatios en Usera, promovido por el estudio de arquitectura sAtt, o los proyectos que propone el estudio madrileño Distrito Natural.

 

La nueva distribución del hogar: ¿El adiós del pasillo?

Pero volvamos a la distribución interna de nuestros hogares. La evolución de la arquitectura residencial no es solo una cuestión de funcionalidad, sino también de estética y filosofía. Durante los últimos años, en las nuevas construcciones, el último espacio habitual en caer está siendo el pasillo.

Imagen de una enfilade en un antiguo caserón del siglo XVII. Wikimedia Commons

 

En un reflejo claro de los cambios hacia las áreas abiertas que hemos señalado, los largos corredores con puertas a los lados han entrado en decadencia, dejando espacio para un viejo conocido recuperado de los palacios del Barroco. Hablamos de la enfilade.

La enfilade es una disposición de habitaciones conectadas en línea recta con puertas alineadas. Este diseño no solo facilitaba la circulación del aire y de las personas, sino que también destacaba la importancia de la perspectiva y la continuidad visual.

El arquitecto británico Robin Evans (1944-1993), explicaba en su obra Figures, Doors and Passages, referencia sobre cómo hemos ido ordenando los interiores y las separaciones en nuestras casas, que la enfilade: «resultaba apropiada para un tipo de sociedad que se alimenta de la carnalidad, que reconoce al cuerpo como la persona y en la que el gregarismo es habitual. (…) Tal era la típica disposición del espacio doméstico en Europa hasta que fue cuestionado en el siglo XVII, y finalmente reemplazando en el siglo XIX por la planta con pasillos, una planta apropiada para una sociedad que considera de mal gusto la carnalidad, que ve el cuerpo como un recipiente de la mente y del espíritu y en la que la privacidad es habitual”.

Con el tiempo, esta disposición fue reemplazada por la planta con pasillos, más adecuada para una sociedad que valoraba la privacidad y la separación de funciones. Hoy en día, la tendencia se ha invertido de nuevo, reflejando una sociedad que valora la interacción y la versatilidad, pero también como una vía para aprovechar plantas más cuadradas y menos alargadas.

 

La nueva distribución con enfilade

Un ejemplo moderno lo tenemos en una remodelación de una vivienda en el barrio madrileño de Prosperidad por parte del estudio PRACTICA, donde se han dado continuidad a las estancias gracias a una gran enfilade que sirve para separar aprovechando todos los metros.

Piso reformado por PRACTICA en Madrid, articulado por una enfilade

 

Desde el estudio nos explican que las distintas habitaciones de la vivienda están conectadas a través de una serie de profundos umbrales. Estos umbrales enmarcan las vistas interiores de la residencia y conectan todos sus espacios, al tiempo que establecen un claro límite físico entre las unidades continuas. Están marcados por un fuerte contraste material, textural y cromático. Por otro lado, los umbrales se resaltan mediante el uso de paneles de madera de roble con acabado natural en suelos, jambas y dinteles. Las guías y los bordes de las puertas correderas también están revestidos de madera de roble, de modo que quedan totalmente ocultos cuando las puertas están completamente abiertas. Dos de estos umbrales, vinculados a los tres dormitorios, son más profundos que el resto, conformando las zonas de vestidores y los accesos a los cuartos de baño, alojados tras puertas ocultas.

Quién sabe cómo será el living dentro de 50 años, qué elementos se perderán y cuáles habrán regresado del pasado. Como vemos, la distribución de los hogares está en constante evolución, influenciada por cambios sociales, urbanísticos y arquitectónicos. Estos cambios no solo reflejan nuestras preferencias actuales, sino que también parecen señalarnos un futuro donde la flexibilidad, la sostenibilidad y la comunidad serán esenciales.