¿Qué diferencia hay entre sus piezas y una obra de arte? Es la pregunta que Corriere della Sera le lanzó a Gavin Munro, biodiseñador. Su respuesta: “Nada, nuestros objetos son al mismo tiempo muebles y obras de arte”. Y es que las piezas de este revolucionario diseñador inglés son una mezcla de artesanía, naturaleza, paciencia y perseverancia.
Munro, a través de su empresa Full Grown ha dado un paso más en el concepto del biodiseño. Sillas, lámparas, mesas y marcos que literalmente se cultivan. Muebles que nacen en los árboles.
La Naturaleza crea
La historia de sus innovadores diseños comenzó en 2006 con la fundación de Full Grown. La fábrica: una finca en Derbyshire (Reino Unido). La cadena de producción: hileras de sauces, robles y fresnos que crecen alrededor de unos moldes. La mano de obra: la naturaleza.
No hay máquinas ni materia prima que se convierta en silla. Gavin Munro planta una semilla y la naturaleza le da forma. Se eliminan los procesos industriales y su alto consumo energético, la generación de residuos y la polución. Al contrario, su proyecto ecológico contribuye a liberar oxígeno y absorber CO2.
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Como Gavin explica a The Guardian, para la producción típica de muebles en masa los árboles pueden cultivarse durante 60 años antes de ser talados, cortados, reensamblados y enviados a su destino. Su método es más amigable con el medio ambiente. Se trata de trabajar con, en y para la naturaleza.
“Para hacer esa silla no necesitas el camión para sacarla, la motosierra para cortarla, no necesitas la fábrica con máquinas. No es necesario construir los caminos hacia el bosque”, detalla.
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Cómo hacer crecer una silla
Cada pieza es una expresión de paciencia y colaboración con la naturaleza. Solo hay que ayudarla.
El proceso de biofabricación es, al final, el proceso de la vida. Comienza plantando una semilla. Después hay que regar, elegir los brotes que crecen sobre el molde e ir dándoles forma. Moldearlos y guiarlos por una ruta determinada. Una vez que se obtiene la forma final, los árboles se dejan madurar y espesar para conseguir muebles vivos cosechadas a lo largo de años de crecimiento.
El resultado es un artículo exclusivo. El capricho de la naturaleza hace que no haya dos iguales. Una pieza sólida de madera, sin juntas, sin clavos, sin ensamblajes artificiales y más robustos.
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Lisa White, directora de Life & Interiors de WGSN resumió en una frase el concepto de los diseños de Munro: “¡Nunca me he sentado en una silla que se sienta tan viva! Full Grown demuestra que el futuro estará en la biofabricación, no en la fabricación, estará en la paciencia más que en la producción”.
Paciencia para recoger la cosecha
La naturaleza manda ¿Cuánto tiempo necesita? Desde los 3 años de las lámparas a los 14 de una mesa de reuniones. La media, para las sillas, es de entre 7 y 9 años dependiendo de la especie.
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Tras 14 años, Full Grown está listo para recoger la primera cosecha de sillas para venta directa al consumidor en 2022. Tienen pedidos en los cinco continentes y lista de espera hasta 2029. Es lo que Gavin define como “gratificación tardía”.
Sillas en museos
La cosecha será la prueba de fuego de este proyecto revolucionario que ya puede verse incluso en museos. Su primer prototipo de silla forma parte, desde 2016, del National Museum of Scotland.
Su último prototipo, la Gatti Chair, destacó en el Salone del Mobile de Milano donde Nicole Unicoqule afirmó: “A veces una colección te hace sentir que hay esperanza para el mundo. Full Grown tiene esa colección”. Su último escaparate ha sido St Etienne Desing Biennale presentada por Lisa Wihite.
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Ahora, listos para salir al mercado. Pueden esperar para obtener uno de los muebles vivos ya finalizados. Pero Full Grown ofrece la oportunidad de participar desde el primer momento. Elija un árbol, véalo crecer y llévese su fruto. Una experiencia única para una pieza única que personifica la cooperación entre la naturaleza y los artesanos.
