Conectar con la naturaleza es un ejercicio necesario. Tanto, que en Japón se cultivan especialmente los Shinrin Yoku: un momento de disfrute y activación del bienestar mediante la inmersión en un bosque.
Experimentar estas sensaciones al aire libre nos animan a valorar las texturas, formas y el cromatismo de todos los elementos de interiorismo que encontramos en los espacios que habitamos.