Un nuevo giro del estilo industrial nos deriva a los metales y a todo aquello que nos transmita una sensación de seguridad, higiene y limpieza. Las líneas limpias y sencillas conforman los espacios que habitamos. Estas cualidades no renuncian a la personalización: ya no buscamos una tecnología fría de voz aséptica, queremos continuar explorando la humanización digital.
Ante todo, este ambiente industrial debe destilar calidez y generar un entorno austero, donde las líneas limpias y sencillas conformen los espacios que habitamos.
Lo imperfecto y lo técnico se combinan en este hábitat. Los materiales antihuella para superficies de gran uso se aplican sobre todo en planos horizontales que requieren limpieza continua. El conjunto se apoya en madera rústica con textura de veta potenciada para conseguir un balance.
Los materiales tecnológicos y los acabados mate antihuella armonizan esta cocina en la que el efecto cristal le aporta ligereza.
Las líneas limpias y sencillas conforman los espacios que habitamos.
