“No se trata de decidir entre físico o digital, sino de comprobar cómo los dos mundos pueden coexistir e impulsarse el uno al otro”. Así explica el criptodiseñador Andrés Reisinger su visión del interiorismo virtual, una nueva vertiente que cambia la forma de entender el diseño de espacios.
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El auge llegó con la venta de la primera colección de muebles NFT elaborada por Reisinger: alcanzó una cifra de 450.000 dólares en tan solo diez minutos a través de una subasta de NiftyGateway.
Interiorismo virtual: explorando límites entre lo físico y lo digital
Reisinger aclara que, trascendiendo el objeto en sí -sea este tangible o no-, esta vertiente “ayuda a crear virtualmente el mundo en el que queremos vivir”. “A veces necesitas tensar las fronteras de lo físico para llegar a planteamientos diferentes”, detalla. De hecho, los NFTs de la colección The Shipping de Reisinger fueron transformados en muebles físicos para las personas que eran propietarias de ellos mediante certificado blockchain.
No cabe duda de que, primeramente, lo digital permite experimentar. Si su demanda se ve respaldada, puede acabar siendo un producto final en formato tangible. Más allá de metaversos, esto ofrece alternativas sostenibles y viables a la industria de materiales: desde generar un primer prototipo sujeto a mejoras hasta la búsqueda del diseño perfecto a través de encuestas en redes sociales.
En esta experimentación se puede jugar entre dos mundos: offline y online. Los activos digitales pueden disponerse a la par que los físicos, lo que logrará hacer el metaverso aún más tangible. Otra alternativa se encuentra en complementar las vivencias en los dos formatos, creando una suerte de espacio híbrido. ¿Quieres ver algunos ejemplos de esto que te estamos contando? Hemos seleccionado algunos en este post.
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Personalización y unicidad garantizadas por blockchain
Los bienes NFTs abren posibilidades para el sector del lujo a través de la personalización, ya que el sistema de cadena de bloques (blockchain) permite certificar la unicidad de cada pieza asegura la exclusividad de cada mueble virtual. Como ocurrió con la colección de muebles NFT de Reisinger, también se puede valorar su producción física.
Esto se traduce en que quien adquiera un producto digital será poseedor de un elemento irrepetible, literalmente. Podrán hacerse copias, sí, pero tan solo uno cuenta con un certificado de originalidad. Estamos hablando, por tanto, de auténticas unidades limitadas, e incluso de nuevas oportunidades de negocio para estudios de arquitectura e interiorismo, que podrán monetizar renders y prototipos como NFTs.
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¿Dónde coloco mis muebles virtuales?
El interiorismo virtual tiene múltiples vertientes: desde su ubicación digital en metaversos, en pantallas en nuestros hogares hasta su exposición en plataformas de criptoarte.
Los metaversos de Decentraland o el videojuego Minecraft están ideados para decorarlos con NFTs. Te permiten emplearlos desde donde los hayas adquirido o creado y también generarlos en las propias plataformas. Dentro de esta parte social, también pueden usarse para gamificar eventos digitales y propiciar interacciones más dinámicas. Existe la posibilidad de articular una base terapéutica, potenciando así entornos virtuales que sigan la tendencia ASMR.
La exhibición en galerías de criptoarte o museos virtuales es otra de las salidas, así como su venta en criptogalerías en el metaverso (muchas de ellas esán localizadas en el Districto Gangnam de Cryptovoxels, una suerte de Chelsea virtual). Desde allí se pueden fomentar espacios expositivos inmersivos, donde realidad y entorno digital se comuniquen.
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Estas son todas las claves que actualmente ofrece el interiorismo virtual. ¿Cuáles acabarán asentándose? Coméntalo en redes sociales a través del hashtag #ConnectionsByFinsa.