La cultura como un caleidoscopio

Espejo, color, formas, sombras. ¿Qué mejor que un caleidoscopio para hacer de puente entre la cultura nipona y la británica? Hablamos con Asa+Yu, un colectivo de arquitectos que traza estas conexiones entre Japón y Reino Unido a través del colectivo Japanese Junction.

Un visionario es una mente preclara… o alguien demasiado soñador. Con este juego de ambivalencia el colectivo artístico de arquitectos Asa+Yu (formado por Asako Sengoku y Yusuke Ando) planteó una muestra que conforma un prisma de múltiples visiones entre la cultura japonesa y la británica. La excusa: un caleidoscopio. Profundizamos en una de las exposiciones de referencia de la última edición de London Design Festival y que próximamente volverá a mostrarse: Visionaries of the Kaleidoscope.

 

¿Cómo establecéis la conexión entre culturas a través de un caleidoscopio?

El propio objeto tiene una intrahistoria de proceso en la que la cultura británica fue transformada dentro de la japonesa. Se inventó en Reino Unido y se importó a Japón en el siglo dieciséis, popularizándose como juguete al que se le fueron incorporando elementos de artesanía nipona como el origami.

Lo que presentamos es la simplicidad y belleza de la geometría filtrada a través de dos culturas. Mucha gente se sorprendió con la forma de nuestro particular caleidoscopio basado en el origami, como mencionábamos, pero la actual idea de una superficie reflectante viene de la influencia británica.

Fotografía: Soma Sato

Vuestra exposición tiene un fuerte componente tecnológico. ¿Cómo está transformando la tecnología las disciplinas artísticas y arquitectónicas?

Nuestro gran logro fue conseguir que el caleidoscopio se moviese con música mediante la aplicación de tecnología al arte. El movimiento, como elemento, proporciona una cuarta dimensión al arte, que se define como tiempo. Sentimos que los espectadores encontraron sus propias maneras de disfrutar ese tiempo en el arte a través de la música. Nuestro interés está en añadirle un componente temporal al arte por medio de la tecnología. Nos gustaría alargar físicamente esta idea en proyectos arquitectónicos.

 

¿Cómo entendéis la arquitectura cuando trabajáis en una instalación artística?

Ambos trabajamos como arquitectos en distintos proyectos. Consideramos que a través de esta experiencia comprobamos que trabajar en instalaciones artísticas no difiere de las arquitectónicas. Una gran parte del proceso fue coordinado con otras personas y elementos, ideando detalles y materiales.

Creamos una serie de modelos y, últimamente, el proceso se volvió muy similar al diseño y la construcción de edificios. La diferencia significativa se encuentra en la escala. Si intentásemos usar tecnologías similares para un proyecto constructivo la cantidad de costes y de tiempo sería enorme. Este trabajo experimental solo es posible en esta escala, teniendo en cuenta el tiempo con el que contamos.

Fotografía: Soma Sato

Soléis decir que “el arte y la arquitectura en ocasiones requieren más de una persona”. ¿De qué manera consideráis que conectando un equipo puede hacer mejor la creación?

Llevamos mucho tiempo en esta industria… Hemos conocido a muchos tipos distintos de profesionales que tienen opiniones potentes, improntas y maneras de ver el arte y la arquitectura, lo que nos incluye a ambos. Este tipo de opiniones en ocasiones se derrumban cuando intentamos hacerlas emerger, y a veces resulta más sencillo si creamos de manera individual.

Al mismo tiempo, hemos aprendido cómo trabajar con otras personas hacia un objetivo, lo cual creo que requiere mucha experiencia en su desempeño. Cuando individuos con talento intentan alcanzar una meta, podemos llegar a un gran nivel de calidad. Esto también implica respetar los talentos que tú no tienes pero otros sí, comprendiendo lo que puedes hacer pero otros no, y aupando al resto en el proceso al progreso.