No, nos hemos equivocado al escribir: el a-commerce ha llegado para potenciar el e-commerce tradicional. Gracias a la aplicación de la inteligencia artificial, el big data y el internet de las cosas podemos olvidarnos de las compras básicas y centrarnos en las que realmente importan.
¿Qué es el a-commerce?
El a-commerce aparece en todos los informes relacionados con el marketing y el comercio electrónico como la tendencia de este 2019. Los avances tecnológicos relacionados con el internet de las cosas, la inteligencia artificial y el big data hacen de este nuevo tipo de venta una realidad llamada a extenderse cada vez más.
El a-commerce es un e-commerce avanzado que permite a los clientes automatizar la compra en el momento que les surge la necesidad a través de dispositivos electrónicos inteligentes, como los asistentes de voz o electrodomésticos conectados. Este “comercio automatizado” nos evita el paso por la tienda online e incluso puede predecir las futuras adquisiciones en función de los hábitos de consumo.
Claves del a-commerce: programar y predecir
Olvídate de quedarte sin desayunar porque te has olvidado de comprar leche. Tu nevera inteligente, que se había dado cuenta antes que tú de que se habías terminado, ha realizado la compra por ti y la leche ha llegado puntualmente para tu café mañanero. Esto sería una compra automatizada. Pero es que además, con el tiempo y con todos los datos que irá almacenando y gestionando con inteligencia artificial, el marketplace puede calcular tu consumo y enviarte periódicamente la cantidad de leche que necesitas, para que ni siquiera tengas que molestarte en pedirla. La anticipación es la clave del a-commerce.
Como vemos, el a-commerce está estrechamente vinculado al internet de las cosas (IoT). Gracias a él será tu frigorífico conectado el que haga la compra por ti, o incluso tu cubo de la basura. Y posiblemente la hará mejor que tú, por ejemplo, reduciendo el desperdicio de alimentos al ajustarse a tu consumo real. ¡Quizá incluso sea más saludable!
Para apuntarse al a-commerce los negocios tienen que disponer de un producto o servicio de venta recurrente, susceptible de automatizarse, como explica Pablo Renaud, CEO de Ebolution, en este artículo de Expansión. El segundo paso es implementar la tecnología y el canal adecuados para conseguir la automatización, para lo que los minoristas pueden apoyarse en las grandes plataformas como Google, Amazon y Apple.
Pioneros del a-commerce: nunca sin tinta de impresora
Es algo que llevan años haciendo las compañías fabricantes de impresoras gracias a los dispositivos conectados. Tu impresora controla los niveles de tinta que ha consumido y se encarga de pedir un nuevo cartucho antes de que se acabe. Es lo que hace HP con su sistema Instant Ink, que además se encargar de reciclar el antiguo.
A falta de dispositivos inteligentes, algunas iniciativas siguen la misma filosofía a través de sistema de suscripción que permite programar tus compras anuales de productos básicos. Aquí el usuario debe acceder a la web y elegir qué cantidad necesita y cada cuanto tiempo, ya sean calcetines, cuchillas de afeitar o productos de higiene femenina. Pero una vez realizada la suscripción el paquete llega regularmente a casa sin tener que volver a pensar nunca más en comprar esos productos y sin miedo a quedarnos sin ellos de improviso.
Para muchos la tendencia se consolidará gracias a la generalización de los asistentes de voz a través de dispositivos como Amazon Echo o Google Home, que no solo escucharán nuestra lista de la compra sino que nos propondrán qué comprar.
¿Cuáles son las ventajas del a-commerce?
Mejora de la experiencia de compra
El mejor conocimiento del cliente a través de la información que reciben del consumidor permite a las marcas personalizar al máximo su experiencia. Una información que no sólo podrán aprovechar para su e-commerce, sino también en sus tiendas físicas. Un nuevo paso hacia la omnicanalidad.
Fidelización del cliente
Un cliente satisfecho que recibe lo que necesita antes de necesitarlo se convertirá en un cliente fiel.
Incremento de ventas
Las marcas sabrán qué necesitamos y cuando lo necesitamos y eso les permitirá adelantarse a nuestros deseos mejorando sus cifras de venta con ganancias recurrentes gracias a estas compras automatizadas. Esto sin requerir por su parte ningún tipo de esfuerzo, ya que se realizan de manera automática.
Rentabilidad y eficiencia
Algunos expertos en marketing consideran que también se puede incluir dentro del a-commerce las prácticas relacionadas con la automatización de los procesos, que permiten optimizar la gestión de los almacenes o una mejor planificación de rutas de entrega con la aplicación de inteligencia artificial.
Optimización de nuevos lanzamientos
La información recabada permite a las marcas mejorar el diseño de sus nuevos productos para ajustarse a los deseos de los consumidores.
Comprar sin darnos cuenta
Entre las críticas a este nuevo modelo de consumo la principal es su refuerzo del consumismo. Para sus detractores, esta tecnología nos lleva a comprar sin casi darnos cuenta, es decir, sin pensar.
Sin embargo para sus defensores la compra automatizada nos permite olvidarnos de las “compras irrelevantes” cotidianas. «Nuestra nevera elegirá el supermercado para comprar; nuestro coche elegirá el taller y se irá a reparar; y nuestro asistente se acordará de comprar flores a nuestra mujer o marido en la fecha señalada», dice Renaud. Y mientras el a-commerce se encarga de cubrir nuestras necesidades, nosotros podremos dedicar nuestro tiempo a meditar las compras relevantes, porque cada vez somos más conscientes de la repercusión de nuestros hábitos de consumo sobre el medio ambiente.