Seguro que alguna vez has llorado con un anuncio. Eso es el marketing emocional, una nueva manera de hacer publicidad que busca conectar contigo a través de tus emociones.
¿Te has fijado en el revival de elementos de los años 80? El recuerdo de la infancia perdida anima el consumo de los treintañeros de hoy en día. Porque el ser humano es más irracional de lo que pensamos y obedecemos a nuestras emociones casi sin darnos cuenta, las campañas de marketing emocional tienen el doble de éxito que las campañas basadas en la información y la persuasión. Nuestro cerebro las procesa más fácilmente y las recordamos más tiempo. Te traemos unos ejemplos del llamado marketing emocional:
Arte y publicidad
Arte y publicidad se mezclan en muchas ocasiones. Entre los pioneros, el Absolut Warhol de los años 80, que marcó el inicio de las colaboraciones de la marca de vodka con grandes diseñadores que han vestido a la botella.
Siguiendo esta estela, Finsa también ha decidido ‘retar’ a la artista Alexandra Fernández a interpretar el significado de la palabra ‘Possible’ en una obra realizada con sus materiales, que será la protagonista de sus anuncios durante este año. Después será relevada por otro artista que afrontará el mismo reto.
Escape de Mundane: vive la experiencia Porsche
El marketing emocional va más allá de los anuncios publicitarios y cada vez está más de moda crear experiencias, a través de eventos. Es lo que hizo recientemente Porsche con su “Escape the mundane”. Para inaugurar sus instalaciones en el norte de Madrid crearon un pop-up store en el que reunieron a marcas que conectan con el espíritu de la marca, productos exclusivos, con un alto componente de diseño y sostenibilidad, que nos ayudan a escapar de la rutina.
Cucuducho presentó allí su línea de productos para niños, que cuentan con un diseño muy cuidado. Nacidos con la vocación de recuperar valores como la sostenibilidad y el consumo responsable y potenciar la creatividad e imaginación de los niños y su imaginación, cuentan con una riqueza material y emocional que conecta con el niño. Elaborados con materiales naturales como madera, algodón o lana, nacen para perdurar en el tiempo e incluso que puedan ser heredados por los hijos del niño que ahora los tiene.