Nos adentramos en las obras del arquitecto Umberto Zanetti a través de dos casas de campo rusas (dachas) hechas con estructuras prefabricadas en Italia y un complejo residencial en Suiza compuesto por módulos. La madera, en su versión industrial y tecnológica más innovadora, es la protagonista.
Dacha Sestroretsk. San Petersburgo (2010)
Enclavada en el bosque del mismo nombre, al norte de la ciudad rusa de San Petersburgo, esta casa de campo privada es la primera creada por Zanetti con estructuras de madera prefabricada tras la experiencia con las casas de emergencia utilizadas para la población afectada por el terremoto de L’Aquila en 2009. Para ello emplea la tecnología X-Lam, ligera y apta para el transporte de larga distancia, y madera producida y controlada numéricamente por la empresa austríaca Binderholz. Fabricada pieza a pieza en Italia, se desmanteló y se envió a Rusia, con aislamiento y sistemas integrados, con ventanas, puertas y baños. Todo se volvió a montar en el sitio hasta tener lista la dacha, con una superficie de 270 metros cuadrados.
Dacha Pirogovo. Moscú (2013-2014)
Está ubicada cerca de la capital rusa, Moscú. En forma de L, esta casa de campo de 290 metros cuadrados se eleva sobre el paisaje sin taparlo y, como en la anterior dacha, es posible apreciar, pese a su carácter prefabricado, una atención al detalle, típica del sello made in Italy. Utiliza también madera de iroko natural en los revestimientos externos y acabados galvanizados en galerías y terrazas cubiertas que recuerdan la corteza de abedul.
Complejo residencial St. Gingolph, Suiza (2020)
Se llama “Le Petit Prince”, dispone de casi 15.000 metros cuadrados y está enclavado en un bucólico valle suizo, rodeado de montañas. El material clave vuelve a ser la madera prefabricada, con un sistema modular con distintas unidades en esta ocasión que permite jugar con la disposición sobre el terreno. El proyecto está en fase de realización y contará a su finalización con una residencia de mayores, viviendas, restaurante y zonas verdes.