Del ladrillo al estadio: el ascenso del “real estate” deportivo

“Los estadios de antes eran instalaciones en medio de la ciudad, que generaban casi un vacío urbano, porque como sólo se usaban dos horas cada quince días, el resto del tiempo estaban cerrados. No hacían interacción con el espacio urbano de alrededor”. César Azcárate, uno de los máximos referentes en el ámbito de la nueva arquitectura deportiva mundial, retrata así una época que ha quedado definitivamente atrás. Los estadios modernos ya no ofrecen sólo un partido de fútbol. La experiencia del público va mucho más allá.

Azcárate lo sabe bien. Desde IDOM (empresa internacional de consultoría, ingeniería y arquitectura con sede en Bilbao), diseñó hace diez años el nuevo e icónico San Mamés, que reemplazó al antiguo, la legendaria Catedral, con un siglo de historia en sus gradas. Realizó después la reforma del Camp Nou del Barça (ahora conocido como Spotify Camp Nou), la de La Cerámica, el campo del Villarreal, en Castellón, y, al otro lado del Atlántico, la del Monumental del River Plate, en Buenos Aires. La futura Romareda, en Zaragoza, también llevará su firma. Todos ellos son ejemplos de la denominada ya como “nueva generación de estadios”.

 

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¿Qué caracteriza estas instalaciones deportivas?

Hay varios aspectos clave para definir los estadios del futuro:

  • Son espacios deportivos de diseño singular y muy reconocible.
  • Son versátiles, para adaptarse a cualquier evento multitudinario.
  • Introducen más usos, desde el hospitality a la restauración, incluso oficinas o el tour del estadio, creando alrededor un entorno mucho más vibrante. El nuevo San Mamés, sin ir más lejos, tiene zona comercial, un museo, restaurante, cafetería, salas de eventos y un polideportivo, promovido por Bilbao Kirolak, una sociedad municipal del Ayuntamiento de Bilbao, con gimnasio fitness, baño turco, sauna y piscinas cubiertas.
  • Son recintos que articulan el espacio y generan ciudad, se integran en ella y la redefinen.
  • Son un tipo de arquitectura que transmite unión y emoción entre sus usuarios.

 

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Del interior al exterior

Está claro que a medida que la sociedad cambia, su arquitectura también evoluciona. Como el diseño de los recintos deportivos y de ocio. Solían crearse siguiendo un modelo de planificación exclusivamente hacia el interior, en torno al acontecimiento que se celebraba dentro.

Ahora el enfoque exterior, a pie de calle, es igual de importante. O más. La tendencia es clara: al igual que sucede con los gimnasios boutique -para ejercitarse, por supuesto, pero que ya integran la socialización en su concepto, reflejada en cafeterías, zonas de descanso o áreas de guardería que sus usuarios perciben como una prolongación de su propio bienestar- las grandes instalaciones deportivas comienzan a proyectar espacios a su alrededor formando un ecosistema propio y convirtiéndose así en lugares de referencia para el encuentro y la convivencia de las personas.

 

Real estate deportivo: apuesta de futuro

De ahí que el deporte, que hasta ahora se veía como una actividad ajena al mundo inmobiliario, haya abierto una nueva oportunidad para el real estate, como inversión a la hora de rentabilizar las instalaciones y como acelerador de la transformación de ciudades, que cuentan con capital privado para aumentar su oferta de entretenimiento, de actividades físicas o zonas verdes.

El real estate deportivo se erige como una de las grandes apuestas de futuro del sector. En EE.UU. ya ha despuntado. Gensler, una de las firmas de diseño y arquitectura más grandes del mundo, con sede en San Francisco, ha creado el Fifth+Broadway, un distrito comercial, residencial y con oficinas junto a un recinto deportivo ya existente como es el Bridgestone Arena de Nashville, estadio de los Nashville Predators, el equipo local de hockey, pero que también alberga todo tipo de conciertos y espectáculos.

The Hub on Causeway, un complejo de uso mixto diseñado también por Gensler junto a la cancha de los Boston Celtics, el TD Garden Arena de Boston, es otro excelente ejemplo de cómo se diseñarán en el futuro los recintos deportivos y de ocio urbanos. A partir de su fachada, como si de un lienzo en blanco se tratara, se ha creado un mosaico de ocio, comercios, hoteles, oficinas y viviendas adosado al pabellón, creando una conexión perfecta con la ciudad. Las barreras entre estadios y las ciudades son cada vez más porosas. Ahora, un gran recinto deportivo requiere de un entorno con retail operativo a todas horas que multiplique las experiencias.

 

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Tendencia emergente en España

En España, la tendencia del real estate deportivo, pese a ser incipiente, es más que palpable. Los expertos apuntan, además, a que no se trata de una moda pasajera, sino que ha llegado para quedarse. Este auge está siendo impulsado por diferentes factores. A la creciente demanda de espacios para actividades físicas y de ocio y al interés, también en aumento, de grandes fondos inversores, se suma otro elemento clave: el atractivo de España como destino deportivo, reforzado por la celebración del Mundial de Fútbol de 2030 junto a Portugal y Marruecos.

Al calor de ese evento de escala planetaria, Populous, otro de los grandes estudios de arquitectura especializados en instalaciones deportivas, ha desembarcado en Madrid en 2024. En la compañía estadounidense, con sede en Kansas, creen que, pese a la calidad del fútbol español, algunos de nuestros estadios se han quedado anticuados y es necesario adaptarlos “a los nuevos tiempos, a las nuevas experiencias para los fans y que desarrollen nuevas formas de ingresos para los clubes”, más allá de los días de partidos o eventos.

Populous, que empezó a operar en la década de los 80, firma el diseño de algunos de los recintos deportivos y de ocio de última generación más conocidos y emblemáticos. Llevan su sello el Groupama Stadium de Lyon, el Tottenham Hotspur Stadium o el archiconocido estadio de Wembley. En cartera tienen dos proyectos muy singulares. Uno es una exclusiva zona de ocio junto al estadio del Fulham, en Londres, a orillas del Támesis, que combinará el fútbol con experiencias premium que puedan ser disfrutadas por aficionados y visitantes todos los días del año, generando nuevas fuentes de ingresos.

 

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El segundo desarrollo es el futuro Qiddiya City Esports Arena, el primer estadio inmersivo del mundo que se va a construir en Arabia Saudí. Situado sobre un acantilado de 200 metros de altura, este recinto futurista con capacidad para 45.000 personas busca atraer a visitantes de todo el mundo y revolucionar la experiencia tradicional de los estadios con su diseño envolvente y sus características tecnológicas únicas. El estadio será el primero del mundo totalmente integrado con un techo retráctil, un terreno de juego y un muro de LED, una innovación arquitectónica que ofrece una versatilidad sin precedentes y permite transformar el espacio para diferentes eventos –fútbol, boxeo, deportes electrónicos, conciertos o teatro– en cuestión de horas. Epicentro de un distrito de ocio urbano, este espacio está muy cerca de 50.000 metros cuadrados de tiendas, restaurantes y hoteles.

 

Triple impacto positivo

Cbre es otra consultora inmobiliaria estadounidense, de Los Angeles, que ha diversificado su negocio y ha entrado en el real estate deportivo. “Va a tener un triple impacto positivo: en los clubes, generando mayores ingresos y volviéndolos más atractivos para el visitante; en el público, mejorando su experiencia y brindando nuevos servicios en las instalaciones, y en la propia ciudad, revitalizando el entorno y ampliando la oferta de servicios”, resumen desde la compañía.

Uno de los proyectos deportivos que está desarrollando es Galicia Sports 360, la nueva ciudad deportiva del Real Club Celta. El complejo, situado en el vecino municipio de Mos, dispone de más de 300.000 metros cuadrados de suelo y promete ser un nuevo referente en el real estate deportivo, combinando fútbol con laboratorios de innovación, formación, ocio, living, medicina deportiva y un recinto multiusos con capacidad para 10.000 espectadores.

Con proyectos innovadores y estratégicos, capaces de generar beneficios económicos, sociales y ambientales para las ciudades y sus habitantes, el real estate deportivo en España se perfila como una de las áreas más prometedoras para la inversión inmobiliaria.