¿Qué retos trae el 2022 en la arquitectura y el interiorismo?

La irrupción del coronavirus y los dos convulsos años de pandemia han transformado nuestro mundo tal y como lo entendíamos, pero también han supuesto una oportunidad para reflexionar sobre cómo vivimos y habitamos.

En Connections by Finsa hemos hablado con cuatro de los más prestigiosos estudios de arquitectura e interiorismo en España acerca del futuro inmediato del diseño, hacia dónde evolucionan las nuevas maneras de vivir y cuáles son las tendencias y los desafíos que debemos abordar en este 2022. Ricardo Tubío, de Cenlitrosmetrocadrado; María Lillo, de Wanna; Orlando Cotado, de Iván Cotado Diseño, y Manuel Such, de Estudio Alegría nos dan las claves. Empezamos.

 

¿Cuáles son los grandes retos del diseño para este 2022?

Ricardo Tubío. Siguen siendo los mismos de los últimos tiempos: centrarse en la sostenibilidad, económica, social y medioambiental, proponiendo un empleo de materiales, modelos productivos y conceptos de uso que sean consecuentes con estos objetivos. Debemos entender el diseño como una herramienta transformadora de la sociedad, por lo que es imprescindible desarrollar nuestra profesión con responsabilidad y honestidad.

María Lillo. Aprender a moverse es el primero de los tres grandes retos que tenemos. El segundo es tratar de favorecer una transformación positiva de nuestra realidad y de nuestros entornos más cercanos a través del diseño y de las historias que contamos en nuestros proyectos. El tercer reto tiene que ver con la sostenibilidad: en el punto en el que estamos, una cuestión de supervivencia.

Orlando Cotado. En un entorno de máxima incertidumbre, convencer de nuevo al cliente de que el diseño no es un gasto, sino una inversión. Y que en épocas donde la inversión se retrae, el diseño puede ser, si cabe, más potente por la probable disminución de competidores cualificados.

Manuel Such. Romper con lo establecido, trabajar con materiales cada vez más sostenibles y con más posibilidades en cuanto a formas y acabados, cuyo mantenimiento sea duradero y sin renunciar a cualidades estéticas.

 

¿Cómo ha influido la pandemia del coronavirus en el diseño de los espacios? ¿Van a ser ahora más abiertos, flexibles y multifuncionales?

R.T. Derivado de las limitaciones de movilidad que supuso la pandemia, todos redescubrimos nuevas necesidades y posibilidades del espacio doméstico, tanto ligadas al desarrollo de actividades profesionales como relacionales o de ocio. La tendencia general gira alrededor de proponer espacios muy flexibles, capaces de dar soporte a las diferentes actividades que se van sucediendo a lo largo del día. Pero esta orientación a los espacios abiertos y compartidos también está poniendo de manifiesto ciertas limitaciones, sobre todo de tipo acústico, que deben ser consideradas.

M.L. A raíz de la pandemia, la higiene y la protección ocupan un lugar más relevante en nuestra mente. En el ámbito privado, necesitamos sentirnos protegidos en espacios flexibles y multifuncionales que nos permitan combinar descanso, ocio, trabajo… dentro de las mismas cuatro paredes. En el ámbito público, vimos soluciones que se iban planteando e implementando sobre la marcha, con un alto componente experimental porque nos enfrentábamos a algo sin precedentes. Ahora que parece que volvemos a la “normalidad” es difícil saber si vamos a seguir aplicando “algo de lo aprendido” en los nuevos proyectos o si correremos un tupido velo. Sí sería importante ser prevenidos y seguir trabajando en los flujos de circulación de los espacios y apostando por el uso de tecnología touchless o de materiales con propiedades antibacterianas, como el cobre o el latón.

O.C. Sin duda, hay hábitos que volverán a equilibrarse, pero hay otros que no. El delivery en hostelería, las terrazas calefactadas o el teletrabajo en diseño de oficinas son hábitos sin vuelta atrás y los diseños habrán de adaptarse. El diseño siempre va después de la vida, y ambos siempre están en movimiento.

M.S. En proyectos residenciales la tendencia es incorporar espacios funcionales que permitan teletrabajar. En proyectos contract o retail se nos exige versatilidad para que los espacios destinados a uso público puedan adaptarse fácilmente a las exigencias sanitarias de cada momento.

 

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¿Y respecto a los materiales? ¿Es la madera, por sus características ecológicas y sus propiedades aislantes, un material al alza?

R.T. La madera para nosotros siempre ha sido el material total al margen de las tendencias contemporáneas. Forma parte de nuestra cultura, con implicaciones socioeconómicas y medioambientales evidentes. Representa un compromiso con una forma de entender y ejercer nuestra profesión. Pero debemos ir más allá y exigir que su procedencia y manipulación sean consecuentes con unos objetivos de responsabilidad y sostenibilidad.

M.L. La madera cada vez va a tener más protagonismo, sí. Porque es un material noble, un “básico” en el sector, pero con unas características perfectas para la reinvención y experimentación. Si bien es cierto que cada vez habrá una mayor demanda de certificaciones que avalen el origen de este material, como el sello FSC.

O.C. Para nosotros siempre ha sido un material prioritario por sus millones de cualidades. Respecto a la madera no ha cambiado nada, sigue siendo la reina.

M.S. Sin duda, y cada vez más apreciada por nuestros clientes. La madera ofrece unos acabados y texturas de gran valor, y los tratamientos innovadores permiten infinitas posibilidades. Esperemos que el mercado se estabilice para que sean más asequibles.

 

¿Se ha revalorizado el factor higiene en este contexto postcovid, en cuanto a la calidad del aire, la reordenación del espacio, el tipo de materiales…?

R.T. Nosotros no percibimos un especial cambio de sensibilidad. En los inicios de la pandemia igual sí, pero con el paso del tiempo parece que volvemos a una cierta normalidad.

M.L. Sin duda. La higiene es una medida de seguridad y prevención que tenemos que tener presente.

O.C. Obviamente el cliente lo ve ya de otra manera. Si bien ya había diseños en el sector sanitario (clínicas estéticas, dentales, ópticas…) para los que la función y la percepción higiénica eran prioritarias, ahora se ha extendido a otros sectores, como la hostelería. Al final el diseño se adapta al consumidor final de los espacios.

M.S. La tendencia es volver al uso de los espacios precovid, ya que la aspiración común de nuestros clientes es volver a la normalidad cuanto antes, pero sin duda la pandemia ha dejado huella. Las transiciones entre los espacios, la ventilación y las posibilidades de adaptación según las condiciones sanitarias que vayan surgiendo exigen una flexibilidad de espacios nunca planteada hasta ahora.

 

¿Vamos a ver un diseño con una mayor conexión con la naturaleza? ¿Cómo se concretará el concepto de sostenibilidad?

 R.T. Es muy posible. El concepto de sostenibilidad debe ser un objetivo común a todos los agentes que participan en un proceso de diseño y fabricación/construcción. La selección de materiales, su procesado, los desplazamientos necesarios para su disponibilidad, su durabilidad, la gestión de sus residuos…. son parámetros que han de estar alineados con la reducción del impacto ambiental. Este es un tema sensible en la sociedad actual y el usuario debe exigir el mayor compromiso y respeto por parte de profesionales e industria.

M.L. La sostenibilidad es la única alternativa que tenemos para sobrevivir como especie. Porque aún estamos a tiempo, sí, pero también porque tenemos que estar preparados y protegidos. En ese sentido, se están desarrollando diseños “resilientes”, como las casas pasivas, la arquitectura antisísmica o diseños resistentes al fuego o las inundaciones. También se está investigando con materiales de base biológica y bioplásticos reutilizables. A medida que se democraticen los precios podremos empezar a incorporarlos de manera natural en los proyectos y, ojalá, en nuestro día a día.

O.C. En este punto somos un poco más escépticos. Pero no este año, sino siempre. La sostenibilidad siempre ha ido unida a los buenos diseños. Como decía Souto de Moura, decir que un diseño es sostenible es como valorar que un coche tiene ruedas. El buen diseño siempre es sostenible.

M.S. Estamos en tiempos en los que, afortunadamente, lo orgánico y natural es tendencia. Nuestros clientes necesitan sentir que viven en espacios saludables sin necesidad de salir al exterior, que viven y trabajan en un entorno que reduce la huella de carbono. No sabemos cómo se va a concretar, lo que sí sabemos es que las exigencias son cada vez mayores. El objetivo es espacios limpios, saludables y eficientes al máximo.

 

¿Qué papel va a desempeñar la tecnología? ¿Habrá una mayor incorporación de la domótica? ¿Se impondrá la tecnología touchless?

R.T. Es algo que desconozco, no estamos especialmente interesados en la implementación tecnológica del diseño.

M.L. La domótica, los asistentes de voz, la tecnología contactless, los sensores de movimiento, ayudan a minimizar el contacto con las superficies y a evitar que contraigamos y propaguemos los virus. Pero, ojo, porque en muchos casos también contribuyen a minimizar el contacto físico y humano. Habrá que encontrar el equilibrio.

O.C. Nosotros hacemos “interiorismo estratégico”. Hay proyectos donde la tecnología es importante y otros en los que no es prioritaria más allá de la funcionalidad. Si tiene sustento y se aplica en el proyecto concreto, bien; si no pasa de ser una moda, entonces no nos interesa. Estamos hartos de ver proyectos que llaman tecnológicos y no pasan de tener pantallas por todas partes que luego se alimentan con contenido que se repite hasta la saciedad. ¿Es eso aprovechar la tecnología? Gran parte de las aplicaciones de domótica que vemos en proyectos cercanos son realmente absurdas.

M.S. Ya venía siendo así, pero ahora tiene un componente añadido por cuestiones de salud e higiene. Lo touchless es altamente demandado.

 

¿Las soluciones de diseño potenciarán la colaboración entre distintas firmas, incluso de diferentes sectores, o primarán los proyectos individuales?

R.T. La tendencia refleja un crecimiento del modelo colaborativo frente al individual. Ya llevamos tiempo viendo que los proyectos requieren cada vez más de diferentes perfiles profesionales y de un mayor nivel de especialización, lo que se traduce en la conformación de los equipos de trabajo.

M.L. En Wanna tenemos un mantra: “más lego y menos ego”. Siempre hemos apostado por rodearnos de personas talentosas en todos los ámbitos para enriquecer nuestros proyectos. Por ejemplo, en “Horizonte 88” contamos con el musicólogo Rigo Pex. En “Cuando el deseo se ilumina”, con la chef experta en cocina plantbased Amanda Ortiga. En la flagship store de Primor hemos contado con el artista plástico Taquen, la artista urbana Raquel Rodrigo de “Arquicostura”, el tatuador Constar… Nos gusta la colaboración y la cocreación. Lo hemos hecho con profesionales independientes y nos encantaría hacerlo con marcas u otros estudios. Creemos que los proyectos cobran otra dimensión cuando son multidisciplinares.

O.C. Pues depende del proyecto. Nosotros siempre hemos creído mucho en las colaboraciones y así tratamos de hacerlo siempre que podemos.

M.S. Afortunadamente, la industria y los profesionales están cada vez más en contacto. Nosotros tenemos muy buenas experiencias trabajando con productores y proveedores. Antes las innovaciones salían al mercado por iniciativa de la industria y los profesionales teníamos que estudiarlas para ver la aplicación que podíamos dar. Ahora, la industria en general cuenta mucho más con nosotros durante el proceso de desarrollo e innovación. FINSA es un excelente ejemplo, ya que se nos consulta aspectos técnicos y estéticos en momentos previos, durante y posteriores a sus procesos de innovación. Para nosotros es un lujo que se nos permita hacer nuestras pequeñas contribuciones.

 

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