Los grandes retos del urbanismo se solucionan desde los barrios. Destacamos seis ejemplos de ecobarrios, propuestas sostenibles aplicadas en pequeña escala en ciudades de todo el mundo.

 

De los 60 al siglo XXI

El barrio de San Antonio, en Elche, era un bloque de 16 edificios de los años 60 sin apenas mantenimiento (pintura, estructura y balcones) y en situación de infravivienda. Gracias a la intervención pública y la colaboración privada de las personas titulares de los hogares, se convirtieron en nuevas parcelas con mayor dotación de espacios verdes, un centro social y equipamientos que favoreciesen la inclusión social.

 

El primer ecobarrio de Latinoamérica

Otro San Antonio (en Colombia) se convirtió en el primer ecobarrio de Latinoamérica tras recibir el sello EcoQuartier de la embajada de Francia, que avala el desarrollo de comunidades sostenibles y ecológicas en el mundo. Los espacios verdes (mediante huertas vecinales, mercados orgánicos y composteras), el uso de paneles solares y un sistema de recuperación de agua de lluvia caracterizan este nuevo concepto urbano.

Además de las cuestiones medioambientales, el ecobarrio también considera el bienestar social a través de dos programas. El primero de ellos, San Antonio Armonioso, incide en acciones que repercutan en la calidad de vida y la cohesión social. El patrimonio y el turismo sostenible, por su parte, se promueven con el programa San Antonio Patrimonio Caleño.

 

Cero consumos de energías fósiles al sur de Londres

Sí, lo has leído bien. El ecobarrio BedZED (The Beddington Zero Energy Development), en Sutton, al sur de Londres, ocupa más de 3.000 metros cuadrados y cuenta con casas construidas con materiales de proximidad y diseñadas para aprovechar los recursos naturales. Estas viviendas conjugan área empresarial y zonas de esparcimiento libres de tráfico contaminante. Todo ello, además, con cómodas y rápidas conexiones con el centro de Londres.

 

Ecobarrios con ahorros de más del 50%

A 10 minutos del centro de Valencia se halla el ecobarrio de La Pinada, un proyecto colaborativo realizado por sus 400 futuros habitantes y más de veinte profesionales que guían el proceso. En 2017 comenzó su construcción con el objetivo de diseñar una comunidad diversa, inclusiva y con un claro foco ecológico, ya que pretenden reducir a menos del 50% las emisiones de CO2 de sus edificaciones y ahorrar un 60% de consumo de agua gracias a su gestión del ciclo.

 

Un barrio sin camiones de basura

Hammarby Sjöstad (Estocolmo) iba a convertirse en villa olímpica. Tras la negativa, no se vinieron abajo y continuaron con la planificación de potenciar un barrio sostenible cuyo distintivo más conocido es el uso del sistema ENVAC para la gestión de residuos. Este sistema permite prescindir de los camiones de recogida, eliminando el ruido, contaminación y suciedad, a cambio de una red de tuberías subterráneas que transporta y clasifica la basura hasta el centro de procesado.

En este ecobarrio los edificios cuentan con paneles solares, cubiertas verdes y una red de transporte sostenible mediante tranvía. Además, cada hogar dispone de un método de tratamiento que transforma las aguas residuales en biogás y energía térmica que se usa como combustible del transporte público.

 

De base militar a modelo de ciudad sin coches

Vauban, en el corazón de la Selva Negra alemana, evolucionó de haber servido como base militar a convertirse en un modelo de ecobarrio pionero en los años 90, cuando el gobierno de Friburgo compró los terrenos que habían quedado desocupados tras la retirada del ejército con la finalidad de levantar un barrio bajo criterios ecológicos y de inclusión social.

Este ecobarrio se caracteriza por una red de tranvía y de carril bici que facilita eliminar los vehículos del modelo urbano. De esta forma, el 70% de sus habitantes ni siquiera dispone de coche propio, lo cual favorece la proliferación de un total de 600 hectáreas de espacios verdes. En lo que respecta al aspecto social, el Green City Hotel es el eje económico y cuenta con una plantilla en la que la mitad de sus trabajadores son personas con diversidad funcional.

 

¿Te han inspirado estos ecobarrios para algún proyecto urbanístico? Cuéntanoslo en redes sociales a través del hashtag #ConnectionsByFinsa.