El movimiento slow ha resurgido con fuerza tras las peores olas de la pandemia. Numerosas opciones de entretenimiento y modo de vida nos animan a solazarnos en el silencio y la contemplación como tendencia reaccionaria al FOMO (miedo a perderse algún plan).
Televisión vegetativa
La denominada televisión vegetativa comenzó con la popular plataforma de streaming Netflix y sus secuencias de chimeneas, donde el único objetivo era meramente contemplativo: ver y escuchar los troncos arder en una recreación realista. Un concepto que encaja a la perfección con la tendencia nórdica hygge, centrada en generar bienestar.
En los últimos meses esta y otras plataformas de streaming han estrenado series en la misma línea narcotizante: Emociones de la Tierra ofrece paisajes del planeta sin narrador, solo acompañados por música. Por su parte, la app de meditación Headspace lanzó sus ejercicios de relajación a través de una serie.
Slow TV: la nada en directo
La cadena sueca SVT revolucionó este concepto de la televisión contemplativa lanzando programas en directo de hasta 450 horas de duración, sin cortes ni narración. El programa estrella de Slow TV es el gran peregrinaje de los alces, un fenómeno que ocurre todos los años. Las cámaras camufladas se sitúan en puntos fijos del bosque, procurando que no alteren de ninguna forma la naturaleza que están captando en directo. El resultado: la nada sobre la que cruzan alces parsimoniosos.
Radio digital del silencio
¿Y si el silencio fuese protagonista de un programa de podcast? Esta es la idea con la que Audi comenzó a grabar programas centrados en reflexionar sobre la importancia del silencio en distintas áreas: el cine, la música, el deporte… Todo ello con el pretexto de la salida al mercado de los nuevos modelos de coches eléctricos de la marca, caracterizados por la casi nula contaminación acústica.
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