Superficies rugosas, texturas irregulares, acabados profundos… El diseño de interiores huye de superficies homogéneas y camina hacia materiales que estimulan nuestra sensorialidad. Las superficies texturizadas han llegado para quedarse.
Si el diseño emocional da importancia a sentidos tradicionalmente ignorados, en lo que respecta al tacto esta tendencia hacia lo sensorial ha impulsado el empleo de superficies llenas de detalles que huyen de la regularidad y juegan con el volumen, poniendo en valor el componente táctil de los materiales.
Superficies texturizadas para reconectar con lo real
Otro de los factores que impulsan el empleo de este tipo de materiales es la digitalización de nuestra vida cotidiana. Buscamos las texturas para compensar la falta de contacto físico del día a día. Como señalan en el Cuaderno de Tendencias del Hábitat 19/20, “los acabados texturizados y volumétricos son cada vez más relevantes, en detrimento de los efectos pulidos y las superficies homogéneas. Se buscan texturas irregulares que tengan un carácter más natural, incluso cuando no reproducen acabados naturales reales”.
La colección Gravel de Tijs Gilde nació precisamente de la reflexión de este diseñador holandés sobre cómo la actual sociedad digital está más conectada con cosas que no son reales, pero anhelamos cosas que nos “reconecten” con el ser humano. Se trata de una colección de objetos decorativos (jarrones, cajas, bandejas…) y mesas realizada a partir de una mezcla de piedra, pigmentos y un aglutinante en un molde a presión. El resultado es una curiosa superficie con un tacto similar al de la grava, que “intenta domesticar materiales ásperos para hacerlos adecuados a fines interiores”.
La Meca del diseño, la Milan Design Week, confirmó en su última edición esta tendencia a la exaltación de las cualidades matéricas de los materiales. Pudimos ver, por ejemplo, una elevada presencia de baldosas cerámicas tridimensionales creando diseños volumétricos.
Textura y color en el nuevo Fibracolour
“En los proyectos siempre hay que intentar dar un paso adelante e incorporar materiales innovadores, alternativos a los habituales”, afirma Begoña Sanz Iribarren, miembro de Gobe Creativo. Así fue como este estudio madrileño conoció el nuevo Fibracolour texturizado. Con ese espíritu rompedor lo han empleado en la reforma de una céntrica vivienda madrileña, un espectacular piso de 400 m2 con tres áreas diferenciadas: una para los niños, otra para los adultos y una zona central que funciona como meeting point. Cuenta con espacios muy diáfanos, pero a la vez acogedores, tratados con diferentes revestimientos y acabados para darles calidez.
Gobe Creativo ha empleado este material texturizado para dotar de protagonismo la pared del dormitorio principal donde reposa la cama. Para convertirlo en el centro de atención han recurrido a la combinación de dos texturas diferentes en la construcción de un gran cabecero personalizado con las mesillas integradas: en el centro emplearon el negro con textura Trama, de carácter vegetal, que recuerda a un tapiz de ramas, rodeada perimetralmente por un texturizado rayado Fuji en tonos grises.
Se trata de un nuevo material de fabricación industrial, pero las referencias en el mundo de las texturas nos remiten a materiales naturales que tienen textura de por sí, como maderas o piedras. Estos eran antes las únicas alternativas para poder incorporar texturas, y en ellos “estás muy limitado, por ejemplo en el color. Con estos paneles el abanico se amplía enormemente y te brinda la posibilidad de explorar en colores y apariencias”, explica Begoña Sanz.
La importancia de las superficies texturizadas en interiorismo
“La textura es, junto con el color, lo que da más carácter a las estancias”, afirma la diseñadora Begoña Sanz, que destaca cómo gracias a la innovación en materiales se han multiplicado las posibilidades de incorporarla en los proyectos de interiorismo y “crear diseños impresionantes”.
Esta diseñadora lo vincula a la dimensión emocional del diseño: “Los espacios te tienen que hablar, tienen que generar sensaciones, tienen que hacerte sentir aquello que el diseñador ha querido que experimentes. Si quieres crear un espacio acogedor, todo el mundo que entre en tu espacio tiene que sentirse acogido”. Esta dimensión es fundamental en el momento de seleccionar los materiales, porque “los materiales hablan”. Si siempre es fundamental poder ver de cerca y tocar los materiales, lo es más en el caso de las texturas, donde es importante ver una muestra grande para hacernos una idea real de su efecto o de cómo lo baña la luz.
En el caso de las superficies texturizadas, estas influyen en el peso visual de un diseño. La clave está en combinarlas con equilibrio, evitando diseños de textura uniforme. Estos materiales crean superficies llenas de matices, juegos de luces y sombras, que ayudan a crear centros de interés dentro de una estancia. La acertada combinación de superficies con diferentes texturas y colores intensos también puede ayudar a conseguir un mayor impacto visual.
Textura táctil y textura visual
Cuando hablamos de texturas pensamos en el sentido del tacto, pero también existen texturas visuales: superficies lisas que a través del diseño, como la repetición de un patrón, consiguen transmitir la ilusión de una textura. Es el caso de los papeles de pared de estampados geométricos. Actualmente, gracias a los nuevos sistemas de impresión digital y a los nuevos materiales existen papeles que imitan la textura y el color de materiales como la madera envejecida, el cemento o el ladrillo.
Un buen ejemplo lo encontramos en la evolución de los tableros melaminados, entre los que actualmente encontramos diseños que reproducen con gran realismo las superficies en madera. Un paso más supuso la incorporación a los procesos de fabricación de los acabados a registro, acabados sincronizados con el veteado del dibujo, que suman la textura táctil a la visual.
La última novedad en esta evolución serían los papeles 3D, que se presentan en baldosas modulares y nos permiten variar el patrón según las coloquemos. Los paneles acústicos son otra opción texturizada para las paredes con un componente decorativo, ya que permiten crear diferentes composiciones, como Ginkgo, Gaia o Arc, todos ellos diseño de Stone Designs.
Ginko by Stone Designs. Foto: stone-dsgns.com / Gaia by Stone Designs. Foto: stone-dsgns.com
Sí, el gotelé también es una superficie texturizada… ¡y vuelve!
En los años 60 una lluvia de gotitas de pintura inundó las paredes de las viviendas españolas. El gotelé creaba paredes de superficie rugosa con la ventaja de permitir ocultar los defectos de las construcciones de la época. Su heredero natural fueron los papeles texturizados que, además de disimular las imperfecciones, aportan una nota diferente en el interiorismo, creando ilusión de bidimensionalidad y efectos de estucado.
Después de que generaciones enteras se esforzasen en borrar el gotelé de nuestras paredes, llega una nueva generación de interioristas que revalorizan este recurso decorativo. Es el caso de Guille García-Hoz, que no descarta su empleo para destacar un rincón, o Erico Navazo, que emplea en sus proyectos no gotelé, pero sí pastas rayadas para crear texturas en las paredes. “Existen texturas de pared (que incluyen la versión viejuna del gotelé peinado o rayado) que casan muy bien con las nuevas tendencias decorativas, donde lo vintage y la practicidad de las paredes más sufridas se dan la mano muy dignamente”, señalan desde el estudio La Casa Sueca, para quienes “el reinado de la pintura lisa ha terminado”.