Inmersión y experiencia son las palabras clave de los últimos años en interiorismo. Tras conquistar el living, las estamos viendo en retail y en workplace. Una de las estrategias para conseguir esta necesaria interacción de los espacios con las personas se encuentra en los acabados texturizados, elementales para generar un hábitat más rico en narrativa.
Historias a través de la tactilidad
Buscamos cada vez más diseños entusiastas, que se salgan de lo anodino y lo hecho en serie, ahondando en la historia del proyecto. En esta introspección hacia la expresividad se articulan tendencias como la conservación radical, que enfatiza la sostenibilidad y los productos locales y reciclados o las superficies de altas cualidades hápticas, que animan al tacto y a la interacción.
Ya sea a través de la artesanía o la innovación tecnológica, la conceptualización del interiorismo se convierte en un relato tangible de circularidad, herencia y autenticidad. En última instancia, estos espacios no solo son refugios de belleza y funcionalidad, sino también de significado y conexión, ofreciendo una experiencia matizada tanto para el cuerpo como para el alma.
Formas, colores y materiales para 2024
En la selección de tendencias en texturas para 2024 en el ámbito del diseño de interiores nos encontramos con una diversidad de enfoques en formas, colores y materiales. Una aplicación destacada es el uso de geometrías audaces, donde formas fuertes y curvas se emplean en muebles para crear piezas que son tanto funcionales como escultóricas, añadiendo una dimensión táctil y visualmente atractiva. Los patrones clásicos como lunares y rayas se renuevan, incorporándose en muebles, alfombras, paredes y accesorios decorativos, para crear puntos focales estimulantes.
Paralelamente, se observa una preferencia por los metales industriales como el acero y el aluminio, pero presentados de manera que resaltan la artesanía, con formas orgánicas que narran su creación manual. La sostenibilidad se enfatiza a través de la exploración de nuevos compuestos y técnicas, con un enfoque en materiales biobasados y reciclados, integrando un ethos ecoamigable sin comprometer el atractivo estético. Veremos efectos de textiles reciclados como este acabado, que transmite el paso del tiempo en un tejido antiguo. Patchwork, tapices y otras técnicas artesanales redundan en la filosofía wabi-sabi y esto se transmite en acabados imperfectos.
La impresión 3D se convierte en una aliada para desarrollar diseños hiperhápticos que, a su vez, permitan reutilizar residuos. Tal es el caso de Bluecycle, una empresa griega que convierte desechos de las industrias naviera y pesquera en acabados para interiorismo.
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En cuanto a la paleta de colores, aunque los tonos neutros siguen siendo predominantes, hay espacio para cromatismos sutiles e incluso para toques de tonos más brillantes, pero en menor cantidad y cuidadosamente escogidos en espacios monocromáticos. Sugerimos añadir primero color en elementos menos permanentes, como artículos de decoración y pintura, lo que permitirá cambios más fáciles en el futuro.
Tres texturas que dejan huella
Aunque en este post tienes una selección de cinco texturas que demuestran su versatilidad en cualquier proyecto, queremos brindarte tres acabados con los que conseguirás las tres características principales que destacamos en este reportaje: metales, piedras y artesanía.
Acabados metalizados
Los aspectos rugosos y las hipertexturas de los procesos de fundición son aptos para distintas aplicaciones. El diseño industrializado se está convirtiendo en una dirección clave que perdurará más allá de este año y que tendremos seguramente en 2025.
Apariencia pedregosa
Las piedras y micropiedras están explorando aplicaciones desconocidas hasta el momento para aportar novedad a la narrativa perenne que trae implícita.
Detalles de artesanía
Los acabados artesanos seguirán siendo uno de los intereses de consumidores que buscan una historia alrededor del origen del material y de las manos que lo crearon, algo que nos conecta con la estética boho.