The Sphere ya ha maravillado al mundo del diseño arquitectónico al convertirse, a finales de 2023, en el edificio esférico más grande del mundo. No es su único mérito, pues en su construcción se combinaron informática, ingeniería y herramientas de inteligencia artificial. En este post analizamos las tres claves que convierten en una obra singular a este centro de ocio ubicado en Las Vegas.
Inmersión 360 grados sin gafas de realidad virtual
¿Te imaginas sumergirte en un mundo de realidad virtual sin necesidad de emplear ningún dispositivo? En The Sphere se juega con la escala para engañar la percepción. Además, se emplean asientos con tecnología háptica que se mueven al ritmo de la imagen y facilitan la inmersión. Un espectáculo que pudieron vivir las más de 18.000 personas que acudieron al concierto inaugural de U2.
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Inteligencia artificial desde Zaragoza para el mundo
Esta impresionante esfera lumínica fue creada por SACO Technologies y Oboria Digital, dos compañías aragonesas especializadas en aplicar la inteligencia artificial al diseño arquitectónico. Comenzaron a trabajar en The Sphere en 2018 y realizaron unos 1.800 años de cálculos gracias a la IA. Todo ello desde un equipo STEM liderado por mujeres, y con sede en Zaragoza.
Ya tenían experiencia en el desarrollo de este tipo de proyectos de gran calado. Oboria nació como empresa derivada de Vubari Global, la responsable de diseñar la pantalla LED en el edificio más alto del planeta, el Burj Khalifa. Otra de sus firmas, SACO, con filial en Canadá, fue la encargada de fabricar las piezas de The Sphere.
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La pantalla más espectacular del mundo
112 metros de altura. 157 metros de ancho. Capacidad para más de 18.000 personas. Más de 50 millones de luminarias LED que se ven tanto de día como de noche con una resolución hasta 32 veces superior a la mejor televisión de alta definición del mercado. Con estos datos se explica que hayan diseñado lo que el briefing pedía, “la pantalla más espectacular del mundo”. Para crearla, la inteligencia artificial resultó nuevamente clave: buscó soluciones a problemas complejos que son muy difíciles de programar, desde el punto de vista de un rol de examinador, y aportó la solución óptima para el resultado final.