Una imagen vale más que mil palabras, y es por ello que los renders toman la iniciativa a la hora de presentar una propuesta de valor breve, clara y segura dónde tomar el liderazgo frente a tus competidores ofreciendo unos beneficios únicos de tu proyecto.
Un render es el arte de crear imágenes bidimensionales y tridimensionales que muestran los atributos de un proyecto arquitectónico, en este caso. O si hablamos de procesos, implica la creación de imágenes y animaciones fotorrealistas en 2D y 3D a través de las cuales ilustrar proyectos arquitectónicos de forma realista.
El renderizado ha pasado a ser una herramienta indispensable en la mayoría de los despachos de diseño y arquitectura. Para entender cómo estas imágenes ayudaron en el proceso de diseño, evolucionaron con el tiempo y, principalmente, se desarrollaron para trasladar la idea que vive en la mente del diseñador de un modo claro y visual a la del cliente. Los renders crean una atmósfera única capaz de transmitir emociones, consiguiendo hacer viajar mejor y de forma más clara la geometría, la iluminación y los materiales del proyecto.
Por lo tanto, debes tener en cuenta que el render tiene dos utilidades principales: comunicar y comercializar.
Una imagen vale más que mil palabras.
