Contemporaneidad figurativa
El artista alemán Wolfgang Stiller nació en el año 1961 en Wiesbaden (Alemania). Inició sus estudios aprendiendo sobre diseño de comunicación en el GHS Wuppertal. Más tarde, continuó su educación artística en la “Kunstakademie Düsseldorf” (Academia de Bellas Artes de Düsseldorf). En la actualidad el escultor vive y trabaja en Berlín, si bien ha viajado por Turquía, Estados Unidos y China, lugares que han inspirado sus obras.
El estilo contemporáneo de Stiller resulta innovador, reflexivo e inteligente. Su objetivo es invertir la relación entre lo natural y lo artificial. Sus obras cuestionan temas políticos, humanos y morales, sin ofrecer interpretaciones propias. Como afirma el artista, no le gusta el arte que no deja espacio a la propia imaginación. Él ofrece metáforas visuales de la humanidad contemporánea y los espectadores hacen su propia lectura.
Wolfgang Stiller ha realizado numerosas exposiciones tanto a nivel nacional como internacional, individuales y colectivas. Sus obras se encuentran en museos y colecciones públicas de Alemania y Holanda.
La creación está compuesta por una serie de esculturas de “hombres cerilla”. De hecho, ese es el nombre literal de la obra Matchstickmen. La composición está inspirada en un viaje que realizó a Beijing, donde adquirió varios moldes de cabezas humanas, sobrantes de una producción cinematográfica. Después de la producción de la película, esos moldes se encontraban en la estantería del artista y se puso a jugar con ellos intentando sujetarlos a algunos palos de madera de bambú. Poco a poco, la idea de los hombres cerilla fue tomando forma y las cabezas se montaron sobre una madera escuadrada para que se parecieran más a una cerilla real.
Para el artista, la serie de los hombres cerilla es una metáfora de la impermanencia de la existencia humana, del hecho de que todos tenemos que morir y no sabemos cuándo ocurrirá. La serie es un guiño a este hecho para que intentemos aprovechar al máximo el tiempo que tenemos aquí.
En general, al artista le gusta dejar espacio para que el público haga su propia interpretación, ya que su motivación para crear esta obra no es la única forma
posible de lectura.