Las casas geodésicas rompen la idea de vivienda no solo a nivel estético, también en la concepción arquitectónica y medioambiental. ¿Dejaremos de habitar bloques de edificios para curvar nuestros hogares? Las ventajas apuntan al sí.
Las cúpulas han dejado de ser estructuras eminentemente diseñadas para basílicas y catedrales y han pasado a colarse en nuestros hogares para darles un giro hacia la sostenibilidad. El ahorro energético, medioambiental y económico, sumado a su capacidad de crear ambientes envolventes, señalan a las casas geodésicas como las nuevas maneras de concebir los espacios en los que vivimos.
Lo cierto es que esta solución no resulta tan novedosa como parece. La primera vivienda geodésica del mundo fue creada en 1960 por el ingeniero estadounidense Buckminster Fuller. Su proyecto construido en Illinois despertó una corriente constructiva en los sesenta, y a día de hoy está habilitándose como un museo para dar a conocer este sistema arquitectónico. Aquel modelo, sostenido por acero, fue replicado mediante el empleo de materiales más sostenibles y duraderos como la madera. A su vez, al primer prototipo se le aplicaron medidas passivhaus para explotar al máximo las posibilidades que ofrece una cúpula, un elemento que en sus inicios parecía solamente una solución estética.
¿Qué ventajas tienen las casas geodésicas?
“En cuanto a los aspectos técnicos, la cúpula es un sistema constructivo eficiente a nivel estructural, que aligera mucho y agiliza el montante, lo cual reduce costes económicos y medioambientales. En cuanto al factor estético, genera unos interiores muy envolventes y cálidos que multiplican las opciones del interiorismo”. Así lo sintetiza el arquitecto Pablo Carbonell, de Ecoproyecta, uno de los primeros estudios de España en diseñar viviendas geodésicas.
Y es que las casas geodésicas tienen respuestas para todo. ¿Necesitamos ampliar espacio en nuestro hogar y que la construcción lleve el menor tiempo -y dinero- posible? Al estructurarse por módulos, permiten el añadido de nuevos paneles en menos de seis meses de obra. ¿Requerimos una estructura a prueba de terremotos y catástrofes naturales? Ah, y además que aproveche la luz natural al máximo, que no están los tiempos para cargar la factura de electricidad. Pues la cúpula se erige como la forma más resistente y más capaz de aprovechar la luminosidad. Por si fuese poco, al romper la estructura rectangular clásica de los edificios, las opciones de diseño se multiplican.
Una solución redonda para el medioambiente
Esta concepción arquitectónica curva favorece la implementación de criterios de sostenibilidad a la vivienda. “Las cúpulas permiten una buena ventilación gracias a su diseño bioclimático, lo cual reduce de manera natural la demanda energética. A ello le sumamos los elementos básicos de la arquitectura tradicional: un buen aislamiento térmico, aprovechamiento de la radiación y una adecuada orientación de los huecos” aclara Carbonell.
Con estas condiciones de partida, Ecoproyecta ha añadido en sus modelos de casas geodésicas una serie de instalaciones que aprovechan energía de fuentes renovables para proporcionar confort a la vivienda. Bajo el precepto de mínimo consumo energético y máxima optimización térmica, los proyectos terminados son autosuficientes, ya que generan la energía que necesitan para funcionar. “Por un lado, el agua sanitaria se calienta con colectores solares, la calefacción se aporta con una pequeña estufa de cáscara de almendra -que a su vez se obtiene de la finca de la casa-, la electricidad se obtiene mediante una instalación fotovoltaica y, gracias a un pozo canadiense, se hace uso de la inercia térmica del terreno, lo cual aporta aire fresco en verano y atemperado en invierno para renovarlo. Jumilla es la materialización de la excelencia en arquitectura de vivienda. Por si Murcia nos cuadrase un poco a desmano, desde Ecoproyecta han preparado este tour 360 grados para conocer cada centímetro de la casa geodésica.
Este precepto no se trata de una moda pasajera, pues a partir de 2019 se aplicará en el continente la directiva europea de Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo que regulará las construcciones para que sean sostenibles y respetuosas con el entorno. En el norte de Noruega ya comenzaban a prepararse para esta normativa desde hace años. En 2013, la familia Hjertefølger construyó su hogar bajo una cúpula geodésica solar que les permite reducir sus consumos energéticos y asegurar incluso sus propios cultivos en pleno círculo polar Ártico. En una zona en la que solo disfrutan de tres meses de luz solar, gracias a este sistema arquitectónico logran ganar cinco meses más de luminosidad y calor natural. Todo ello consiguiendo un hogar plenamente integrado en el entorno natural.
¿Cómo se construyen las casas geodésicas?
Curiosamente, la forma redondeada viene dada por una estructura triangular que dota de solidez a la edificación. La velocidad en su construcción destaca como principal característica, y es que en una sola jornada se puede montar la estructura, la fachada y la cubierta. La mayoría de las cúpulas geodésicas parten de la madera como material principal, debido a la solidez y al mayor aislamiento que reduce los puentes térmicos. “El uso de la madera nos ha cambiado la forma de hacer arquitectura”, explica Carbonell. “Es un material amable, natural, fácil de trabajar y que se adapta a diversas necesidades. Además, tiene resistencia y, muy en contra de lo que se suele pensar, reacciona bien ante el fuego comparado con el acero”, concluye.
Estas figuras triangulares se disponen formando cúpulas de mayor o menor tamaño según la necesidad. Tras elaborar este esqueleto, se realiza el cerramiento de la envolvente, el aislamiento y el revestimiento exterior. Las estructuras no necesitan columnas, de manera que se consigue más espacio interior y se evita crear divisiones no deseadas. Otro punto resaltable se encuentra en que la vivienda no tiene que estar anclada al terreno, ya que no hay posibilidad de que vuelque, así que lo de las mudanzas iba a resultar otra historia, porque un helicóptero podría trasladarla de lugar. Así que ya sabéis, el mundo también es curvo, y con las casas geodésicas y unas buenas hélices, el don de la ubicuidad está cada vez más cerca.