Vogue Italia anima a explorar caminos para reducir la huella de carbono ligada a la producción de las sesiones fotográficas de moda.
¿Cuánto contaminan las producciones fotográficas de las revistas de moda?
Si alguna vez te has hecho esta pregunta, Vogue Italia te responde y las cifras son escalofriantes. En la producción de los ocho reportajes fotográficos de su número de septiembre trabajaron 150 personas que tomaron una veintena de vuelos, una decena de trenes tren y tuvieron cuarenta coches a su disposición para desplazamientos. Se realizaron 60 envíos internacionales y se necesitaron al menos 10 horas de luces encendidas ininterrumpidamente, en parte alimentadas por generadores de gasolina, a lo que se suma la electricidad necesaria para el funcionamiento de las máquinas de fotos, teléfonos, ordenadores… Por no hablar del plástico que envuelve la ropa y los restos del catering que van a la basura.
Cambiando fotografías por ilustraciones
Así que su director, Emanuele Farneti, decidió hacer algo al respecto y el número de Vogue Italia del pasado enero salió a la calle sin una sola fotografía, ahorrando residuos, energía y emisiones contaminantes. “Todas las portadas y sesiones de moda que veréis en las próximas páginas han sido producidas por artistas que han trabajado renunciando a viajar, enviar, contaminar. Son verdaderas historias de moda: los autores han trabajado con estilistas y han tomado prestadas rostros de mujeres reales. El desafío era demostrar que, excepcionalmente, se puede contar la ropa sin fotografiarla”, explicaba en el editorial.
Para Emanuele Farneti se trataba simplemente de honestidad intelectual en el gran debate global sobre la sostenibilidad: “En nuestro caso, significa admitir que realizar una revista de moda tiene un impacto ambiental significativo. […] Cambiar es difícil pero, ¿cómo podemos pedirle a los demás que lo hagan sin cuestionarnos a nosotros mismos?”. La intención de Vogue Italia es lanzar un mensaje a sus lectoras y lectores: “la creatividad -pilar de Vogue desde hace casi 130 años- puede, y debe, llevarnos a explorar caminos diferentes”.
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Plástico biodegradable como envoltorio
Es la primera vez que la edición italiana de Vogue presenta una portada ilustrada, y también es la primera vez que un número de Vogue prescinde de la fotografía completamente desde su invención. Para ello han apostado por artistas destacados y emergentes, del mundo del arte y del comic. Y han acompañado la iniciativa de un gesto solidario: el dinero ahorrado en las sesiones se ha destinado a financiar la reparación de la biblioteca de la Fundación Querini Stampalia. Este gesto simbólico ha sido acompañado de otro gesto más concreto en línea con la búsqueda de la sostenibilidad: el empleo de plástico biodegradable para envolver la revista.
La cuestión, sin embargo, está clara: ¿Puede una revista de moda renunciar a las fotografías? ¿Puede la moda, en su continua búsqueda de la novedad y el deseo de posesión, llegar a ser sostenible?
Te dejamos una selección de las ilustraciones de Milo Manara, Vanessa Beecroft, Paolo Ventura, Cassi Namoda, Delphine Desane, David Salle, Yoshitaka Amano, Gigi Cavenago y Andrea De Dominicis, los artistas cuyo talento ha permitido reducir la huella de carbono de Vogue.
Milo Manara
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Vanessa Beecroft
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Paolo Ventura
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Cassi Namoda
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Delphine Desane
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David Salle
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Yoshitaka Amano
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Gigi Cavenago y Andrea De Dominicis
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