La mejor manera de evitar que los ciudadanos padezcan un trastorno por déficit de naturaleza, conocido como ‘síndrome de Heidi’, es incorporar la naturaleza a nuestras ciudades. La introducción de los huertos urbanos o de los techos vegetales en las ciudades forma parte de los principios del ‘urbanismo verde’, que tiene por objetivo crear ciudades más sostenibles y más beneficiosas para el ser humano. Hoy te traemos algunas iniciativas singulares.
Verde vertical
La incorporación de paredes verdes todavía llama nuestra atención en los paisajes urbanos, con ejemplos espectaculares como el Museo del Quai Branly de París, que acoge más de 15.000 plantas de 150 especies, o el CaixaForum en el centro de Madrid, de 24 metros de altura.
One Central Park en Sydney presume de acoger los jardines verticales más altos del mundo. Los jardines en estas dos torres, diseñadas por Jean Nouvel, cubren el 50% de la fachada y actúa como un dispositivo de control natural del sol.
Otras iniciativas peculiares son el Bosco Verticale de Milán, dos rascacielos diseñados por el arquitecto Stefano Boeri con más de 2.000 especies vegetales y Supertree Grove, en Singapur, un bosque de 18 árboles de entre 25 y 50 metros de altura cubiertos de plantas, diseñado por Grant Associates.
Reciclando vías
High Line Park está construido sobre la plataforma elevada del antiguo ferrocarril del Meatpack District de Nueva York. Las vías abandonadas se convirtieron en un parque público cubierto de vegetación que sirve también de refugio para una gran variedad de especies de vida silvestre.
En Madrid ha sido el recorrido de la antigua M-30, hoy soterrada, la que ha dado lugar al nacimiento de un nuevo pulmón verde de la ciudad y a la recuperación de las orillas del río Manzanares con el proyecto Madrid Río.
Abróchense los cinturones… verdes
En el Tempelhof Feld de Berlín la gente anda en bici por lo que antes fueron las pistas de aterrizaje del primer aeropuerto de la ciudad. Sus 386 hectáreas lo convierten en el mayor parque berlinés, con zonas para pasear, hacer deporte, jardinería, picnic…
Nueva vida para antiguos recintos industriales
Elegido por The Guardian como uno de los diez oasis urbanos más bellos del mundo, la fusión entre la naturaleza y el patrimonio industrial del landschaftspark de Duisburg atrae medio millón de visitantes al año.
La basura que se vuelve verde
Fresh Kills fue hasta su cierre en 2001 el basurero más grande de Estados Unidos y uno de los mayores del mundo. Situado en Staten Island, desde 2008 un proyecto trabaja para convertirlo en el principal pulmón verde de Nueva York.